La imagen no se veía desde 2007. Las principales asociaciones de víctimas del terrorismo juntas en un aniversario del 11-M para honrar a los 191 asesinados y más de 1.800 heridos en aquellos atentados. La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), María del Mar Blanco; la de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza; la de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo; Pilar Manjón y la de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez, compartieron ayer banco y sentimientos en la Catedral de la Almudena, en un solemne funeral de Estado presidido por los Reyes y oficiado por el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
El décimo aniversario de la peor masacre terrorista de la Historia de España unió no solo a las víctimas sino también a los políticos. No faltaron a la cita el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáez de Santamaría, y los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, e Interior, Jorge Fernández Díaz. Asimismo, asistieron el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, los presidentes del Senado y el Congreso, el líder de la Comunidad de Madrid, la alcaldesa de la capital y una larga lista de autoridades.
El día, soleado y casi primaveral, recordaba mucho a aquel nefasto 11 de marzo de 2004. Don Juan Carlos, apoyado en un bastón, y Doña Sofía llegaron acompañados por la Princesa de Asturias y la Infanta Elena y saludaron a las representantes de las víctimas a la entrada de la Almudena. Rajoy también mantuvo una conversación con ellas antes de la ceremonia religiosa. No obstante, fue horas más tarde, en los pasillos del Senado, donde el presidente calificó de «muy reconfortante» el hecho de recordar, «todos unidos», el aniversario de «uno de los atentados más terribles que se ha producido en España».
«El objetivo», añadió el popular, es que «las víctimas se sientan reconfortadas». Además, aseguró que tanto los damnificados como sus familias «siguen teniendo y seguirán teniendo siempre el apoyo total y absoluto de los españoles».
Por su parte, la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, indicó que, a pesar de que hacia siete años que no protagonizaban juntas un acto, las víctimas no han estado «nunca» desunidas. En este sentido, señaló que «somos madres que hemos perdido a unos hijos y luego, cada una, se ha organizado como le ha parecido».
Los compases del himno nacional dieron paso a la misa, oficiada por el cardenal de Madrid y concelebrada por varios obispos que están reunidos estos días en Madrid en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Rouco empezó la ceremonia con un recuerdo «a los perdieron la vida en el brutal atentado del 11 de marzo de 2004».
En la homilía, el jefe de la Iglesia Católica en España denunció a los terroristas que «con una premeditación escalofriante estaban dispuestos a matar inocentes para conseguir oscuros objetivos de poder». Y añadió que «hay individuos y grupos, sin escrúpulo alguno, que desprecian el valor de la vida humana y su carácter inviolable, subordinándolo a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos».
Según el prelado, «no sabemos exactamente cuáles fueron los propósitos últimos de los que pensaron, programaron y ejecutaron los atentados de Madrid; lo que sí resulta claro, es que no podrán neutralizar y menos anular los frutos de nueva y redimida humanidad». En este sentido, destacó cómo «el mismo día del atentado y en los siguientes, el corazón de los madrileños y de España entera se conmovió y se expresó en múltiples y heroicas formas de ayuda, de socorro y de amor fraterno» y pidió a las víctimas que estén «abiertas al perdón».
La Almudena estuvo repleta: unas 900 personas de las que 150 eran autoridades, 350 víctimas y familiares y el resto ciudadanos anónimos que quisieron arropar con su presencia a los damnificados por aquella masacre.
