El Tribunal Supremo absolvió ayer a los cuatro guardias civiles que fueron condenados por torturar, supuestamente, a los miembros de la banda terrorista ETA, Igor Portu y Mattin Sarasola, cuando fueron detenidos en la localidad guipuzcoana de Arrasate el 6 de enero de 2008 como autores del atentado contra la T-4 de Barajas en el que murieron dos personas.
La Sala de lo Penal ha revocado así la resolución dictada el pasado 30 de diciembre por la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, que condenó a penas de entre dos y cuatro años y medio de cárcel a cuatro de los 15 agentes que fueron juzgados por malos tratos.
La sentencia expone que la versión de los terroristas podría «perfectamente ser calificada de coartada falsa o explicación ficticia o deformada» al denunciar falsamente torturas, siguiendo las directrices que dejó plasmadas en un documento el exjefe de la banda terrorista Txeroki.
Así, los magistrados advierten de que la «inmensa cantidad de golpes y agresiones de todo orden no constatados que los querellantes dicen haber recibido pueden responder a las instrucciones orgánicas recibidas por los terroristas, de cumplimiento imperativo».
Los jueces mantienen que el manual de ETA impone estas pautas de conducta a sus miembros y la organización les tranquiliza asegurándoles que aportará «testigos falaces». En este sentido, los jueces resaltan el «curioso» perfil de los que corroboraron el testimonio de Portu y Sarasola.
La Sala reprende a la Audiencia Provincial que no cuestionara la fiabilidad del testimonio del alcalde de Aramaio (Álava), en su día imputado y después absuelto por pertenencia a banda armada, que incurrió también en numerosas «contradicciones e inexactitudes».
Recrimina, además, las «conclusiones valorativas inseguras» que alegó la magistratura guipuzcoana para desvirtuar la presunción de inocencia de los agentes y concluye que el testimonio de los terroristas fue «variable, cambiante y muy condicionado» a la «drástica disciplina» de ETA».
Tras conocerse la sentencia, el ministro del Interior, Antonio Camacho, afirmó que se sentía «satisfecho» con la resolución del Supremo que absuelve a los cuatro guardias civiles y defendió que la lucha contra el terrorismo se ejerce siempre «desde los parámetros del Estado de Derecho».
Francia y Portugal
Por otro lado, el juicio contra el presunto miembro de ETA, Andoni Zengotitabengoa, por montar en Portugal un almacén de explosivos para atentados de la banda en España quedó ayer visto para sentencia.
La Fiscalía pidió en sus conclusiones que el acusado sea condenado a 15 años de prisión por un total de nueve delitos orientados a la práctica del terrorismo.
Además, ayer el Tribunal de Apelación de Pau (Francia) ordenó la entrega a España del presunto miembro de Ekin, Josu Esparza, por «exaltación del terrorismo».
