La operación Gavilanes de la Guardia Civil ha permitido esclarecer nueve robos en viviendas y naves de la provincia de Segovia, según informó ayer la Subdelegación del Gobierno en Segovia. Los robos se registraron en febrero pasado en Fresno de Cantespino, Campo de San Pedro y Las Navas de San Antonio.
La operación, que dirigió la Comandancia de Ávila y en la que colaboró la Guardia Civil de Segovia, se saldó hace unos días con cinco detenidos, de entre 24 y 43 años de edad, vecinos de Arganda del Rey y Nuevo Baztán (Madrid).
Los detenidos son los presuntos autores de 35 delitos de robo en viviendas y naves de Ávila, Segovia, Guadalajara y Toledo.Se han recuperado televisiones, una motosierra y una caldera, entre los efectos robados en Segovia.
En cuanto al ‘modus operandi’, según informa Ical, los ladrones se dirigían desde Arganda del Rey hacia una zona de chalés o naves industriales ubicadas en provincias limítrofes, para lo que utilizaban una furgoneta propiedad del principal objetivo.
El conductor de la furgoneta dejaba al resto de la banda en la zona de viviendas que iba a ser objeto del robo, y se distanciaba de la misma con el vehículo para no llamar la atención de vecinos o fuerzas y cuerpos de seguridad.
Los ladrones robaban entonces en los domicilios o naves industriales que podían, ocultando los efectos o instrumentos en un punto próximo. De este modo permanecían hasta altas horas de la noche, momento en que avisaban al conductor de la furgoneta, cargando todos los efectos almacenados y desplazándose a Madrid donde procedían a descargar los efectos en un chalet de Nuevo Baztán, donde acudían ciudadanos rumanos para comprarlos. En ocasiones, los efectos eran enviados a Rumania, bien utilizando medios propios o bien a través de agencias de transporte.
En la mayor parte de las casos, los efectos eran sustraídos porque existen peticiones previas de compra, que garantizan una venta segura son los denominados “robos a la carta”.
Durante los últimos meses se habían registrado hasta 15 robos en la zona sur de la provincia, en La Adrada, Sotillo de la Adrada, Gavilanes, Navaluenga y Burgohondo. La investigación se aceleró tras identificarse el ADN de uno de los ladrones en una vivienda asaltada en Burgohondo (Ávila), que permitió descubrir la identidad de un varón de 24 años de edad, vecino de Arganda del Rey (Madrid), al que le constan numerosos antecedentes delictivos por robos. Otra prueba de ADN coincidía con las muestras tomadas en otros robos en Madrid.
A continuación, se descubrió el lugar donde almacenaban los objetos robados y se realizaron dos registros domiciliarios en Arganda del Rey y Nuevo Baztán, dando como resultado la localización de multitud de efectos procedentes de robo.
