El fútbol demostró en San Sebastián que es un estado de ánimo. Cuando se olía la goleada todo tornó en algo diferente. El Real Madrid sufrió el primer revés en la cara tras ir ganando 0-2. Lo hizo una Real Sociedad con mucho oficio pero, sobre todo, con mucho fútbol. Nadie se acordó de los que ya no están ni falta que hacía.
El Real Madrid comenzó dominando, que suele ser algo raro. Lo que es menos raro es la efectividad de Sergio Ramos. Quizá haciendo una llamada a aquel minuto 93, hay una serie de centrales, manifestados en Ramos y Godón, que representan el buen hacer en área contraria. Puro veneno. La asistencia fue de Kroos a la salida de un córner ante el error del Chori Castro.
Así, el Real Madrid conjugaba las piezas clave de lo que fue, es y será su equipo desde el partido de la Supercopa que dio inicio a la temporada del ya imposible sextete. Xabi Alonso quedaba en el olvido y, para los resultadistas, acabaría siendo un problema. No fue culpa de nadie y es que el fútbol guarda siempre la magia de la doble lectura y, llegado el caso, seamos positivistas: la Real lo bordó. Sin un fútbol cercano a los ángeles, pero lo bordó a su manera.
Los cuentos pintaban bien. Más aun cuando a las fiestas quiere sumarse Bale, que se ha convertido en un futbolista mayúsculo, además de habilidoso, y se ha trabajado un físico del que otros hubieran hecho un verano. Fue un zapatazo duro al palo izquierdo de Zubikarai y contra eso no se puede. Nada.
Pero cuando hablábamos del romanticismo del fútbol hablamos de sorpresas y ya no tanto del resultado, sino de cómo llega. La Real trabajó desde entonces un partido miga a miga. El 1-2 llegó de una jugada ensayada, ergo trabajada. Chori Castro puso el balón, Xabi Prieto se adelantó a Carvajal y en el segundo palo, solo, como la una, Íñigo Martínez empujó a placer.
El empate llegaría en uno de esos momentos que, quienes entienden de esto, consideran clave. Fue el 41 de la primera parte, antes del descanso. Zurutuza abrió en banda viendo la incorporación de De la Bella. Rochefort pasaba por allí. De la manera en la que se marcan los tantos antiguos, los que hacen época, los que dan victorias.
El segundo tiempo comenzó como mandan los cánones. El Real Madrid se repuso del golpe y a golpe de calidad, quiso devolver el marcador a su ser, a su cuota baja de apuestas. Zurutuza le dio la vuelta al marcador. Más allá de lo que supuso el gol para el propio jugador, hay goles que son sentencia. Como este. El Real Madrid había cavado su tumba pero no todo estaba dicho. Por parte de la Real, entendemos.
Carlos vela
El último de la noche fue de Carlos Vela. No fue su partido más brillante, es cierto. No solo hemos de admitirlo sino que hemos de entenderlo. Vela es el último resquicio de fútbol que quedó en la Real Sociedad. A base de esfuerzo y de fútbol, jugadores con mucha clase han aupado a los donostiarras a su estatus natural, que es el de ahora. Bien es cierto que el dinero prima. Y los objetivos también. Así se sacó la espina del ojo de la eliminación de la Europa League.
Primera sorpresa de la temporada. Consideraremos ahora media sorpresa lo del Atlético de Madrid en Vallecas. Mientras que los colchoneros y los culés viven una transición, el Real Madrid anda dolorido aun de la cabeza por la resaca del año pasado. Y hay resacas puñeteras.
