Una bandera nacional con un crespón negro sobre el altar de la iglesia de San José, a cuyos pies lucían cinco velas encendidas testimoniaba ayer el sentimiento de pesar de toda la comunidad polaca residente en Segovia por la tragedia aérea ocurrida el pasado sábado en Smolensk (Rusia), en la que perdió la vida el presidente de Polonia Lech Kaczynski cuando se dirigía a participar junto a una delegación de alto rango en un acto de homenaje a las víctimas de la matanza de Katyn, en la que 20.000 soldados polacos perecieron a manos de las tropas soviéticas durante la II Guerra Mundial
La misa dominical que se oficia a las cinco de la tarde en la citada iglesia tuvo ayer un carácter especial de homenaje y recuerdo a las 96 personas que perecieron en el accidente aéreo, que en su mayoría constituían una buena parte de la élite institucional del país.
Minutos antes de entrar en el templo, los ciudadanos polacos comentaban en corrillos con gesto serio los detalles que, poco a poco, los medios de comunicación han ido difundiendo sobre el triste suceso. Una vez en el templo, todos los sentimientos fueron canalizados a través de la ceremonia religiosa celebrada por Marek, un sacerdote que con sólo nueve meses de estancia en España ha vivido la dura experiencia de transmitir ánimo a sus compatriotas con el recuerdo aún vivo de su patria chica.
“Han sido unas jornadas muy tristes —explicó el sacerdote— donde los polacos que vivimos en España hemos sentido muy de cerca el dolor por esta tragedia que ha golpeado nuestro país y que nos ha entristecido mucho”.
Pero para paliar el dolor, los polacos han contado con el apoyo y solidaridad de sus convecinos, de quienes han recibido “mucho cariño” en estos días, según reconoció el presbítero.
“Los españoles y los polacos siempre hemos tenido muy buena convivencia, pero en ciudades pequeñas como Segovia, se nota aún más la cercanía y el apoyo de la gente que te para y que te saluda, o bien que pregunta directamente como estás
Conforme a los datos del último padrón de población facilitados por el Ayuntamiento de Segovia, los polacos son la segunda comunidad extranjera en número de personas empadronadas, con 1.375, sólo superados por Bulgaria y por encima de otros países tradicionalmente inmigrantes en Segovia como Marruecos, Ecuador o República Dominicana.
