No es sencillo para cualquier evento deportivo sobrevivir a una crisis económica tan voraz como global, que en un plazo de poco más de cuatro años se ha llevado por delante a no pocos equipos, y a muchos torneos, de cualquier modalidad deportiva que el lector elija tomar como ejemplo.
En este ámbito, son pocas las competiciones que han logrado sobrevivir, a base de hacer las cosas bien, no derrochar sus recursos, y apoyarse en la sólida base del arraigo social. De esta manera, el Open Castilla y León de Tenis, que estuvo muy cerca de precipitarse al abismo de la desaparición, logró aferrarse a sus cimientos, para de la mano de Virginia Ruano y Pedro Muñoz, continuar adelante tratando de ir poco a poco recuperando un nivel que le llevó a ser no hace demasiado tiempo el Mejor torneo Challenger del mundo, y que actualmente le lleva a ser uno de los diez únicos torneos de tenis en pista rápida que se disputan en Europa, amén de integrarse entre los doce torneos de mayor historia en el mundo, y entre los ocho más prestigiosos del viejo continente.
En la presente temporada el Open Castilla y León tendrá la oportunidad de seguir aumentando su historia, puesto que la organización ya ha confirmado que los próximos 26 de julio al 3 de agosto, las pistas de La Estación de El Espinar volverán a disfrutar de un torneo que cuenta con un envidiable palmarés de ganadores, y que ha ofrecido la posibilidad a los amantes del tenis de presenciar a los jugadores con más futuro dentro del panorama internacional. No hay que olvidar que la mayoría de los miembros del equipo español de Copa Davis, como Rafa Nadal, Fernando Verdasco, Feliciano López o Marcel Granollers han jugado en las pistas espinariegas, al igual que lo hizo el asturiano Pablo Carreño, ganador de la última edición del “Villa de El Espinar” y que se ha integrado dentro de los cien mejores tenistas del mundo.
El torneo ya cuenta con su primer clasificado para la fase previa, el abulense Antonio Cembellín Prieto, que el I Torneo Junior Challenger Villa del Espinar, que se celebró en las instalaciones del club de tenis Azul Grand Slam, en Salamanca, y cuyo premio para el ganador era una tarjeta de invitación para participar en la fase previa del Open Castilla y León.
