Diez acusados por estafa mediante carta nigeriana que declararon ayer martes en la Sala 4 de la Audiencia Provincial de Madrid negaron saber nada sobre dicho timo y alegaron que en los domicilios donde se produjeron las redadas únicamente dormían y que por ello no tenían conocimiento de las pruebas —ordenadores portátiles, móviles y recibos bancarios— incautadas por la Policía.
Así lo aseguraron estos diez primeros imputados en declarar, a los que el Ministerio Fiscal acusa —junto a los más de 40 imputados restantes— de estar organizados y de llevar a cabo la estafa mediante cartas enviadas alrededor del mundo. Se trataría de documentos falsificados en los que se decía que el destinatario de la misma había resultado ganador de un premio en la lotería española por valor de unos 600.000 euros. Para poder cobrar ese dinero tenían que ingresar primero los impuestos relativos a esa cantidad.
Así, según la Fiscalía, enviaron millones de cartas y unas cientos dieron con el objetivo. Los destinatarios de las cartas contactaron con unos números de teléfono por los que consiguieron que ingresaran ese dinero. Hubo gran cantidad de denuncias a la Interpol, que contactó con la Policía española para denunciar que había una “estafa masiva” alrededor del mundo.
El caso fue llevado en un principio por el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid y se inhibió a la Audiencia Nacional para que lo tramitara un juzgado de instrucción central. Finalmente, el Tribunal Supremo resolvió el conflicto de competencias, y el procedimiento continuó por el cauce de la Justicia ordinaria dado que Instrucción 10 era el órgano que había realizado toda la instrucción.
Recientemente, se intentó llegar a una conformidad en una sesión con todas las partes presentes en el procedimiento, pero la Fiscalía no se adhirió al acuerdo.
Se trata de una “causa compleja” con un auto de más de 50.000 folios, vídeo conferencias en muchos idiomas —cerradas con ocho países africanos— y “al menos” 38 comisiones rogatorias.
Además, la sala 4 de la Audiencia Provincial de Madrid fue acondicionada para este macrojuicio, que se prevé finalice a comienzos de abril, y se ha instalado una cabina de traducción con dos intérpretes.