El Barcelona venció ayer al Atlético Madrid (1-2) en el Vicente Calderón para celebrar con otros tres puntos su vigesimosegundo título y poder llegar a los 100, minando la confianza del conjunto rojiblanco con vistas a la final copera.
Capitaneado por Messi, el conjunto catalán saltó al césped con los galones de campeón y con el ímpetu de seguir la estela del triunfo. Enfrente, un rival peleón que reservó a Filipe Luis y a Diego Costa. Después de un inicio de tanteo, el Barcelona amarró el balón para encargarse de anestesiar al rival a base de posesiones largas y circulaciones entre líneas.
Mientras tanto, al bloque rojiblanco le bastaba cualquier despiste ‘culé’ para armar la contra y presentarse en frenesí en la meta de Pinto. Pero, lejos del intento, faltó lucidez y atino en los últimos metros. Por su parte, los de Tito Vilanova merodeaban el área de Courtois con rigor, pero sin apenas explosividad.
Salvo aislados destellos, el partido era plomizo y poco eléctrico. Aun así, Falcao se encargó de dar el primer aviso en el minuto 20 con un disparo lejano, pero con escasa potencia. Del campeón había pocas noticias en ataque, salvo alguna diablura del canterano Tello por banda. Al duelo le faltaba intensidad, ritmo y más acercamiento a las áreas. Por momentos, parecía existir un pacto de no agresión entre dos conjuntos con pocas exigencias y con los deberes hechos.
A 12 minutos para el descanso, fue el Atlético el que asfixió al contrario y el que puso el empeño entre tanto desconcierto. Con Xavi en el banquillo, el conjunto blaugrana perdió desparpajo y creatividad en la medular. Para colmo, Alves se retiró lesionado. Sobre el terreno de juego, no había noticias ni de Cesc ni de Alexis. Pero con el tiempo cumplido, un disparo ajustado al palo izquierdo de Tello hizo saltar las alarmas en la portería de Coutoris antes de descanso. Para fortuna rojiblanca, no vio portería por centímetros.
Tras el paso por los vestuarios, el primer revés del guión lo protagonizó el colombiano Falcao. Después de un desajuste defensivo en la zaga visitante, Gabi recuperó el esférico y se lo cedió desde el suelo al colombiano para que anotara su vigésimo noveno tanto en el campeonato. Era el premio al inconformismo madrileño, al menos más insistente que el de un rival opaco por momentos. Desconcertado, el Barça estaba obligado a remar contracorriente. Enfrente, un Atlético desbocado y con ganas de ampliar la renta.
Sin mordiente en ataque, Tito Vilanova dio entrada a Busquets y a Villa. Con un conjunto blaugrana apagado, el técnico buscaba revitalizar a los suyos. Por su parte, Simeone optó por dar descanso a Falcao con la mente puesta en el Real Madrid y en la final del próximo viernes. Antes se había marchado Arda, puro nervio en un enfrentamiento de tanta envergadura.
Por detrás en el marcador, el Barcelona apretó el acelerador con el objetivo de firmar las tablas. Con Messi renqueante, el argentino decidió darse descanso y salir del terreno de juego. Sin la ‘Pulga’, tuvo que aparecer Alexis para establecer el empate (1-1) tras una conexión letal con Cesc.
En plena vorágine, los visitantes se crecieron con uno menos. Era un equipo más enérgico y con mayor iniciativa ante un Atlético que le confió minutos a su joven talento Oliver Torres en la recta final. Muestra del arrojo barcelonista, Tello inició una jugada vertiginosa por la izquierda y tras un centro que remató Villa como bien pudo, Gabi introdujo el balón en su propia portería (1-2). Era el gol de la victoria para la escuadra de la Ciudad Condal y la puntilla para un oponente que lo intentó hasta el pitido final. Triunfo en el Calderón para celebrar el título que cayó el pasado sábado sin jugar después del empate del Real Madrid ante el Espanyol.
