El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que las relaciones entre Washington y Pekín «moldearán el siglo XXI», por lo que abogó por una cooperación más profunda en materia económica, cambio climático y seguridad regional y global.
El demócrata inauguró ayer el primer diálogo estratégico y económico entre EEUU y China bajo su mandato. En su discurso, afirmó que los lazos entre los dos países «son tan importantes como cualquier relación bilateral», aunque indicó que pueden crear un «mundo en mejores condiciones», dado que la alianza entre Washington y Pekín «es un pre-requisito para el progreso».
En este sentido, se refirió a cuatro principales áreas en las que desea profundizar la cooperación con China, empezando por la recuperación económica.
Obama instó a promover la estabilidad financiera mediante reformas reguladoras y mayor transparencia, el libre comercio justo, la consecución de un acuerdo en torno a la Ronda de Doha y cambiar las instituciones internacionales para que economías en auge puedan jugar un papel más importante.
También expresó su deseo de que ambos países avancen en su interés mutuo de lograr un futuro energético limpio, seguro y próspero.
Además, abogó por transformar las economías de EEUU y de China en base a un modelo de bajo consumo de carbón e hizo un llamamiento a unir fuerzas en la investigación y el desarrollo para impulsar el uso limpio y eficiente de la energía.
Obama se refirió también a la necesidad de trabajar juntos para forjar una respuesta global de cara a la Conferencia de Copenhague.
Al mencionar la seguridad como aspecto importante de la cooperación, el líder de la Casa Blanca hizo especial hincapié en la necesidad de que ambas potencias impidan la proliferación de armas nucleares. «Cuantas más naciones adquieran estas armas, más probable es que sean usadas.
Por último, el presidente de EEUU pidió una mayor cooperación en la lucha común contra las amenazas trasnacionales, como el extremismo, los traficantes y los piratas y las enfermedades que traspasan fronteras.