El Consejo de Seguridad de la ONU castigó ayer con un nuevo conjunto de duras sanciones el reiterado desafío de Irán a la comunidad internacional por su negativa a detener su programa nuclear, pese a la oposición de Brasil y Turquía a aumentar la presión sobre Teherán.
Estos dos países fueron, junto a la abstención del Líbano, los únicos de los 15 miembros del máximo órgano de decisiones de la ONU que no respaldaron la resolución auspiciada por EEUU, que contaba con el apoyo de Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania y que impone una cuarta ronda de sanciones a Teherán.
La embajadora estadounidense, Susan Rice, responsabilizó al régimen de los ayatolás de «violar» sus compromisos con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) e ignorar las anteriores resoluciones de la ONU al seguir enriqueciendo uranio.
«El Consejo de Seguridad ha adoptado esta resolución con el objetivo de reiterar la necesidad de que Irán actúe y cumpla con sus obligaciones», señaló Rice tras la votación, además de subrayar que estas sanciones, que calificó de «inteligentes y precisas», no están dirigidas al pueblo iraní.
La resolución adoptada establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos de la república asiática, al tiempo que incrementa el escrutinio de las transacciones en el exterior de todas las financieras del país.
Asimismo, endurece el embargo de armas a Irán y sanciona a 40 entidades del país, entre ellas varias vinculadas a la naviera estatal iraní, así como a la Guardia Revolucionaria. También refuerza el régimen de inspecciones a buques y aviones iraníes.
Por su parte, Brasil y Turquía, miembros no permanentes del máximo órgano, afirmaron que las nuevas sanciones son innecesarias tras el acuerdo que alcanzaron en mayo con Irán para intercambiar combustible nuclear. «La declaración del 17 de mayo es una oportunidad única que no se puede desaprovechar», dijo la embajadora brasileña, María Luiza Ribeiro Viotti, para quien el efecto del castigo lo sentirá la población.
Por otro lado, la mayoría de miembros del Consejo de Seguridad consideraron que se han dado amplias oportunidades al régimen iraní para disipar las dudas sobre sus actividades, además de considerar e que el acuerdo con Turquía y Brasil es «insuficiente».
En un discurso desafiante, el embajador de Irán, Mohammad Khazaee, aseguró que su país «no se doblegará a las presiones de algunas potencias». Teherán «tiene la determinación de continuar el desarrollo de la energía nuclear para fines pacíficos», aseguró el diplomático.
