Tal fue la afinidad de Enrique IV con Segovia que, según escribe el historiador Diego de Colmenares, sus vecinos siempre le consideraron “más (un)ciudadano que rey”. Poco amigo de la vida en la corte, decidió construir en el centro de Segovia un palacio donde poder pasar el tiempo tranquilo, disfrutando de sus aficiones. Así, se levantó el palacio de San Martín, escenario de importantes episodios históricos. Se trataba de un complejo que, en rigor, comprendía dos edificios: la casa del rey —en el solar donde hoy se ubica el Museo Esteban Vicente—, y la de la reina —el inmueble recientemente consolidado sito en la Plaza de la reina doña Juana—.
El profesor emérito de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid Antonio Ruiz Hernando llevaba tiempo intentando publicar un libro sobre este palacio, pero diversas circunstancias fueron posponiendo su deseo. Con motivo de las recientes obras de consolidación del inmueble, que han aportado nuevos datos del mismo, Ruiz se ha visto obligado a reelaborar por completo sus textos, entendiendo que por fin había llegado la hora de lanzar la obra. En el capítulo de agradecimientos, Ruiz cita a Susana Vilches, por su permanente aliento para que el libro viera la luz.
“He intentado —explica Ruiz— reconstruir cómo pudo ser el edificio cuando vivían allí los reyes, y su evolución posterior”. Echando un poco de imaginación, el anterior director de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce ve, desde la Plaza de San Martín “un gran pórtico, con una galería en la parte alta, y una torre al lado derecho”. Se trata de la casa del rey. Tras pasar cruzar sus muros se situaría el patio de Los Leones. Y, unos metros más allá, un corredor que llevaría a la casa de la reina. “Era muy habitual en la época que el rey y la reina vivieran en estancias separadas”, aclara Ruiz, quien explica que la fachada de la casa de la reina, de la que se conserva un dibujo del siglo XIX, ha permitido reconstruir la del rey, pues ambas eran “parecidas”.
En el libro, el autor intenta reflejar el aspecto del edificio en torno a 1500, cuando fue vendido a una familia segoviana. Ese momento fue clave, pues a partir de entonces se produjeron diversas divisiones y cambios de uso. A pesar de las continuas modificaciones durante cinco siglos, Ruiz sí quiere subrayar que, hoy en día, bajo la estructura del Museo Esteban Vicente, perviven restos de la casa del rey, y en lo que fue la casa de la reina se conservan unas “espléndidas yeserías mudéjares”.
Al margen de su valor artístico, Ruiz destaca la relevancia histórica de este palacio. “Fue allí donde la Isabel la Católica recibió a su marido, Fernando de Aragón, tras ser proclamada reina, y fue allí donde decidieron la forma de gobernar, en lo que se llamó la Concordia de Segovia”, indica. Además, en el palacio se produjeron anécdotas, como la famosa de los leones, cuando una dama dejó caer uno de sus guantes en el corral de los animales, para que lo recogiera un aposentador del rey que la cortejaba, Antonio de Barrasa. “Ese lance —sostiene Ruiz— tiene muchos visos de ser realidad, porque está constatado que ese personaje vivió en esa época en el entorno”.
“El palacio real de San Martín en Segovia” será presentado mañana, 7 de abril (19,00 horas), en un acto que tendrá lugar en el salón de plenos de la Diputación, entidad que ha editado la obra.