El auto del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), que anula un acuerdo de la Junta de Gobierno local en enero de 2012, que trataba de legalizar la Casa de la Parra, es en opinión de UPyD un “fracaso” de la Corporación Municipal en su conjunto.
Como se recordará, el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, informó sobre el auto en el que se insta al Ayuntamiento al derrumbe de la Casa de la Parra, una polémica edificación construida en la calle del mismo nombre hace 19 años, con una licencia que concedió el Ayuntamiento en 1993, bajo gobierno del PP, con Ramón Escobar como regidor. Sin embargo, la licencia fue declarada nula en 1996 por el TSJ de Castilla y León, que condenó al Ayuntamiento y a la propiedad a derribar el edificio. Con posterioridad, los tribunales emitieron sentencias en este mismo sentido; ordenando, de forma reiterada, el derribo del inmueble.
El último auto del TSCyL, dictado el 25 de febrero, concede al alcalde un plazo de 15 días (a contar desde la notificación) para que acredite que se han dado los pasos necesarios por el Ayuntamiento para que se proceda al derribo.
El partido UPyD arremete a través de un comunicado contra el actual Ayuntamiento, la postura de IU y las corporaciones anteriores, al considerar que el cumplimiento de la sentencia de derribo “va a ser muy caro para los ciudadanos sin resolver ningún problema estético”. Para la formación política “lo único que podría tener de positivo — la ejemplaridad en el cumplimiento de la legalidad— queda eclipsado por una inquina personal casi enfermiza”.
Para la formación magenta, se trata de un “fracaso” de las corporaciones siguientes, que han “antepuesto la lucha partidista” (presentándolo como un fracaso del PP), y olvidando que “no han sabido resolverlo” y, en opinión del partido, igual que “no supieron resolver el problema de la Casa de San Marcos”.
El partido de Rosa Díez que pide “cordura” a la Justicia en este caso, considera además que IU ha demostrado una insistencia “machacona” en derribar esta casa, cuando en otros asuntos han mantenido una actitud que califican de “tibia”.
