Mientras los primeros espadas del Gobierno y la oposición, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, recreaban un día más el escenario habitual, con el socialista insistiendo en que hará lo posible para lograr el máximo consenso en el anhelado pacto contra la crisis y el conservador recordando que la oferta es otro «enredo» carente de sinceridad, la principal novedad en el sainete político patrio la puso la jefa del Ejecutivo madrileño, Esperanza Aguirre. Sin que se sepa muy bien cuánto tenían sus palabras de mero chascarrillo y cuánto de propuesta real, la baronesa popular sugirió que el único modo de que la formación conservadora aúne fuerzas contra la crisis consistiría en la creación de un Ejecutivo de concentración en el que las carteras de Economía y de Trabajo recayeran en cargos del PP.
Las afirmaciones de la líder regional se produjeron en el marco del Comité Ejecutivo del partido de Génova, durante el que diversos dirigentes reclamaron a Rajoy que no quede ante la opinión pública «como el malo de la película». No obstante, entre todas esas voces destacó la de Aguirre, quien, en un tono entre «el rigor y el sarcasmo», según desvelaron fuentes de la cúpula conservadora, apuntó que hay dirigentes populares «mejor preparados» que los ministros socialistas, de modo que las carteras de Economía y de Trabajo deberían recaer en compañeros suyos como Cristóbal Montoro y Javier Arenas.
Menos ocurrentes estuvieron en sus intervenciones el propio Rajoy y la secretaria general, María Dolores Cospedal, quienes se limitaron a constatar que, por mucho que desconfíen de las propuestas del Ejecutivo, acudirán a las reuniones a las que les convoque el Gobierno, e irán con cuatro «pilares básicos» bajo el brazo: rebaja de impuestos, ley de estabilidad presupuestaria, reforma laboral y reestructuración del modelo financiero.
Eso sí, el jefe del PP quiso también dejar claro que Moncloa no transmite «ninguna sinceridad a la hora de plantear un pacto, puesto que su fiabilidad es la misma que cuando negó la crisis, la misma que cuando nos explica los datos económicos, la misma que cuando hace previsiones y la misma que cuando hace diagnósticos». En definitiva, Rajoy cree que la comisión negociadora propuesta el pasado miércoles por Zapatero es «una patada hacia delante» para «generar confusión» mientras espera a que «escampe».
Tampoco planteó grandes novedades el secretario general del PSOE, quien ante sus compañeros de la Ejecutiva Federal prometió una vez más emplearse «a fondo» en el diálogo social y político para salir cuanto antes de la crisis, reafirmó su voluntad real de pacto y solicitó la total implicación del partido en dicha tarea.
Bastante más beligerante se mostró la número tres de Ferraz, Leire Pajín, quien acusó directamente a Rajoy de no dar «ni palo» para ayudar a España a salir de la crisis, e incluso de aprovecharse «a tope» de ella.
Acto seguido, la secretaria de organización socialista retó al jefe de la oposición a que «demuestre su liderazgo a demostrar su liderazgo» siendo capaz de llegar a acuerdos con el Gobierno para superar la recesión.
