Desde que en 1975 el padre Isidoro Lezcano Guerra decidiera poner en marcha la congregación de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca, han sido muchas las personas que se han visto beneficiadas por la acción caritativa y asistencial de una congregación entregada a “la plena dedicación a los Cristos rotos por el dolor y la marginación, siendo en medio de ellos testimonios vivos del Amor de Dios”, tal y como reza uno de sus postulados fundamentales. En estas cuatro décadas, los hermanos de Cruz Blanca han abierto un total de 34 casas familiares repartidas por toda España, extremando en todas ellas su dedicación al “cuarto voto” que les consagra a la atención a los enfermos incurables y a los más pobres y discapacitados.
Segovia fue ayer la sede de un encuentro celebrativo que congregó a más de medio millar de personas procedentes de las casas y centros asistenciales de Cruz Blanca en el centro de España. Tras una breve visita turística por la ciudad, los participantes procedentes de Hellín (Cáceres), Villafranca del Bierzo (León), Cáceres, Torrelodones y Moralzarzal (Madrid) y Segovia se dieron cita en la alameda de La Fuencisla para compartir un almuerzo preparado y servido por los voluntarios y trabajadores de la residencia de los Hermanos de Cruz Blanca en Segovia.
La colaboración de la Asociación de Cocineros permitió a los comensales disfrutar de un magnífico menú a base de gazpacho y caldereta de cordero, amenizado por la actuación del coro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío en Segovia. La jornada concluyó con una misa solemne en la iglesia de los Padres Carmelitas concelebrada por el obispo de Segovia César Franco y el obispo de Cruz de Eje (Argentina) Santiago Olivera.
El superior general de la congregación, Luis Miguel Martell, expresó su satisfacción por participar en un acto que “pretende celebrar y agradecer al Señor todo lo que ha hecho en la congregación en estos 40 años”.
“Somos una congregación joven pero muy trabajadora, y en estos años nos hemos movido bastante para en la actualidad tener a nuestro cargo a más de 25.000 personas tanto en casas familiares como en economatos o dispensarios médicos”.
En cuanto a los recursos necesarios para mantener la atención a las personas, el superior general aseguró que la tarea de la congregación es “hacer por caridad lo que en justicia pertenece”, a través de acuerdos de colaboración con instituciones y de la solidaridad y el apoyo de la gente. “Somos conscientes que es una época mala, de exclusión latente, pero tenemos que estar a la altura de las circunstancias, porque existe mucha necesidad”, aseguró.
También valoró el sostenimiento de las vocaciones en la congregación, que mantiene un grupo de postulantes y novicios que garantizan el futuro, y aunque reconoció su deseo de que las vocaciones fueran más numerosas, aseguró que “en la época en la que estamos, podemos estar bastante satisfechos”.
Alegría y apoyo
El buen tiempo favoreció que el encuentro en la Alameda de La Fuencisla de las distintas casas familiares de los Hermanos de Cruz Blanca fuera toda una manifestación de alegría y convivencia en el marco del cuarenta cumpleaños de la congregación.
