La corrida de toros de El Espinar, agosteña en esta ocasión, ya que suele anunciarse primordialmente desde tiempo atrás en el mes de septiembre con motivo de las tradicionales fiestas en honor del Cristo del Caloco, dio de sí para loables comentarios, pues al buen juego en general de los astados de Antonio San Román, con dos orígenes procedencia ambos de Torrestrella, se sumó el buen hacer de la terna actuante formada por Joselito Adame, Víctor Barrio y Martín Escudero.
La plaza resgistró algo más de la mitad de su aforo. Presidió José Manuel Gil muy ajustado al reglamento y coherente en la adjudicación de trofeos, es decir, bien. La reina de las fiestas y damas de honor ocuparon lugar preferente en el palco presidencial. Amenizó el espectáculo la Banda de Música de la villa de manera admirable.
LOS TOROS De Antonio San Román, con volumen y de bellas hechuras. Bueno el que abría plaza, bajo de raza el segundo, noble y algo parado el tercero, buenos cuarto y quinto, y excelente, el mejor del encierro, el sexto.
JOSELITO ADAME De rosa palo y azabache. Lanceó sin emplearse al primero de la tarde al que comenzó a torear con la flámula por alto y cerrando con una trinchera. Tres magníficos muletazos y pectoral. Mano baja templando en dos series consecutivas para pasar al toreo al natural con pases sueltos solventes en el concepto fundamental pero sin ligazón. Retorno al pitón derecho por donde dio muestras de su reconocida buena torería con muletazos bien interpretados al compás de una discreta labor que se reconoce meritoria. Luego vino una tanda de superiores pases que se jalean y ovacionan. Estocada, pinchazo y descabello. Palmas.
Con el segundo de su lote, estirada y bien compuesta la figura bonitos lances de saludo. Ayudados por alto a pies juntos. Magníficos los muletazos alargando el viaje del astado y repitiendo las tandas entre un clamor por parte del respetable. Con la zurda llevando templada la embestida, pases de preciosa compostura sin enmendarse. Luego en redondo nuevamente instrumentando muletazos de correcta ejecución y emotividad. La personalidad del torero azteca quedó de manifiesto en la concepción de su genuino toreo y unas saltilleras vistosas y elocuentes. Gran faena que terminó con una estocada caidilla cortando dos orejas.
VICTOR BARRIO Había verdadera expectación por ver nuevamente al torero de Grajera en otra versión segoviana tras el éxito del pasado 28 de junio en la ciudad de Segovia.
Y Víctor Barrio refrendó con creces aquel triunfo con dos excelentes faenas que merecieron el premio de oreja y dos orejas, respectivamente.
Vestido de azul marino y oro, el espigado diestro lanceó a pies juntos y quitó después con chicuelinas y revolera. Estatuarios a pies juntos y por el pitón derecho muletazos que el toro tomaba en corta embestida. Bien estuvo y centrado en una breve tanda de naturales. Llevó a cabo una faena de intenciones loables y plausibles que gustaron y fueron correspondidas con olés y ovaciones. Tuvo mérito por la cortedad del recorrido del burel y como mató certeramente de buena estocada, le fue condido un apéndice.
Al salpicado y bonito ejemplar, segundo de su lote, larga cambiada de hinojos repetida para refrendar el valor y la intencionalidad de conseguir un gran éxito. Lo logró.Doblones que el toro toma con codicia. Muletazos ahora con embestida un tanto violenta que el diestro sabe atemperar. Superior una tanda que entusiasma al cónclave. Ligazón, cadencia, armonía y ritmo, todo conjuntado al servicio del mejor toreo. Naturales muy meritorios ante la irregular embestida de un toro al que había que cuidar y mirar con mucha atención. Gran faena de Víctor Barrio llevada a cabo con sentimiento, valor y torería. Estocada y dos orejas.
Este Víctor Barrio ahora apunta derecho al éxito continuado y permanente. Lleva una temporada que va a proseguir por la senda triunfal que conduce al puesto que su toreo merece, es decir, al de constituirse muy pronto, muy pronto, en figura del toreo. Encandila a propios y extraños por su personalidad y manera genuina de interpretar ese toreo que tanto gusta y tanto agrada. ¡Ah! Y que conste, anda sobrado de valor.
MARTIN ESCUDERO El madrileño recién alternativado mostró facetas de personalidad y buen toreo, acusando quizás una cierta inestabilidad técnica con su primero, toro escaso de raza pero noblote. Vistió de malva y oro en esta comparecencia segoviana como matador de toros. Lancea bien por ambos pitones. Buen par de Víctor Pérez que se ovaciona. Inicia por alto con pases de tanteo. Muletazos con valor y entrega que resultan desiguales de juego que repite en otra tanda más antes de pasar al toreo al natural por donde liga y se luce mayormente. Media estocada y estocada entera para ovación.
Con el que cerraba plaza, el mejor toro del encierro a mi entender, dos lances a pies juntos y revolera. Quite de frente y por detrás. Estatuarios a pies juntos. Toreo de clase mostrando su faceta de valiente a carta cabal y con gusto que muestra en pinceladas muy aplaudidas. Naturales bien interpretados por normativa técnica y estética. Hubo música y olés para el joven diestro que cuajó una faena magnífica por porte y cualidades ante un toro que fue aplaudido en el arrastre. Estocada y dos orejas.
