Pese a que algunos vaticinios hacían temblar a Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano salió nuevamente victorioso de la Cámara de los Diputados, donde ayer superó la cuestión de confianza que plantearon los parlamentarios. Lo hizo con una mayoría absoluta de 316 sufragios a favor y 301 en contra, una ventaja más amplia que la que cosechó el pasado diciembre en una circunstancia similar.
El Ejecutivo consiguió salir adelante tras dos rondas de votación, en las que la oposición en bloque se abstuvo en la primera de ellas para participar después en la segunda, que dio la victoria al Cavaliere.
El mandatario logró el apoyo de todos sus correligionarios a excepción de dos diputados que no estaban presentes.
«Vaya metedura de pata de la oposición, que se ha confundido en sus cálculos. Ha vuelto a sus viejos trucos y ha vuelto a dar una imagen penosa sobre la que los italianos tendrán que reflexionar», indicó tras la votación Berlusconi.
Con estas declaraciones, el premier hacía alusión a la estratagema fallida de sus rivales, que se ausentaron en bloque de la primera ronda de votación para intentar que no se alcanzara el quórum necesario y así invalidar el resultado.
Después de conseguir el apoyo del Parlamento, el dirigente se reunió con sus ministros para aprobar recortar en 60 millones de euros los gastos de las fuerzas de orden público, como la Policía, así como reducir los presupuestos de las carteras de Medio Ambiente y de Desarrollo Económico.
Por otro lado, Berlusconi aseguró que «cuando se decide intervenir en la deuda, es necesario seguir diferentes caminos». El mandatario afirmó que su Gobierno ha elegido dos, la «dolorosa» subida del IVA y los tijeretazos.
