La prensa local y de provincias mantiene plenamente vigente su modelo de negocio tradicional, sus principios fundacionales y el valor de su marca, y no renuncia a su presencia activa en internet, aunque todavía no se ha articulado un modelo de negocio estandarizado que permita comercializar y rentabilizar para la red los contenidos informativos que produce, ni tampoco existe la protección legal suficiente que evite el «uso y abuso indiscriminado» de éstos en este ámbito digital.
El debate sobre la convivencia de los diarios de papel con internet y sus influyentes redes sociales, enmarcado en plena crisis económica y en la progresiva caída de las ventas y la publicidad de los periódicos, protagonizó ayer el foro sobre ‘Medios de comunicación y ciudadanía en la sociedad de la información. Presente y futuro de la prensa local-regional’, organizado por la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) en Burgos, concretamente en el Museo de la Evolución Humana, dentro de los actos de conmemoración del 120 aniversario del Diario de Burgos.
En la inauguración del encuentro, en la que estuvo presente el consejero portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, el editor de Diario de Burgos, Antonio Méndez Pozo defendió que, pese a la vorágine de cambios tecnológicos que está sufriendo este sector y que le han llenado de incertidumbres, «tenemos que seguir haciendo periódicos, aunque otra cosa serán los diferentes medios por los que se puedan trasladar las noticias al lector». Insistió a este respecto en lo «difícil» que será desbancar a los periódicos locales y regionales, que están soportando mejor el actual momento de dificultades económicas que los nacionales, si continúan firmes en su misión de ser referentes cercanos para el ciudadano y la sociedad a la que sirven.
Coincidió con esta tesis el secretario general de la Presidencia de Telefónica, Luis Abril, que considera que en el ámbito digital hay negocio para los periódicos tradicionales, «aunque es necesario buscar contenidos específicos para la red». Eso sí, añade que el salto a internet, «que se ha convertido en un medio de comunicación en sí mismo y no una plataforma de contenidos», no supone un cambio en la esencia de la profesión periodística. «La pelea valiente por la búsqueda de la verdad se va a mantener, pues la calidad de nuestra democracia depende en buena medida de lo que los periódicos y sus profesionales sean capaces de hacer», añadió.
Sin cuestionar el periodismo y la profesión periodística, pero sí la estrategia empresarial que mantiene la prensa escrita, el profesor de IE Business School y conocido gurú de las redes sociales, Enrique Dans, invitado a este foro, puso en duda ante los editores la vigencia del papel como soporte clásico de la información y la periodicidad de los periódicos ante la inmediatez y accesibilidad de internet. Auguró, además, los mismos problemas para la prensa escrita que están padeciendo sectores como el de la industria de la música o la edición de libros si se mantiene en sus reticencias para incorporarse a la red. «Cada día es mayor el público que no va a echar de menos a los periódicos. Los tiempos de las redacciones y las rotativas están falleciendo», dijo.
Muy discutido y polémico entre los directivos presentes en el foro, Dans señaló que obviar el potencial actual de las redes sociales e intentar a toda costa el cobro por los contenidos puede arrastrar a los diarios tradicionales hacia la «irrelevancia en la red», peligro que en su día llevó a periódicos señeros a eliminar las tarifas por el acceso a sus web.
No obstante, tal y como le recordaron los editores, muchos de los contenidos que se intercambian en internet actualmente al margen de cualquier regulación de la propiedad intelectual nacen de las redacciones de la prensa tradicional y su elaboración tiene un coste en personal y medios que asume el consumidor de papel pero no el lector digital.
El profesor del IE Business School sostiene que el periódico que quiera triunfar en internet debe seguir una estrategia y no romper las reglas de juego en este ámbito global, basadas en la participación, el diálogo y la interacción, reglas que rigen para las noticias – «la gente quiere leerlas y reenviarlas, comentarlas, valorarlas, crear comunidades de debate…»- y también para la publicidad que, «pese a utilizarse mal, puede servirse de las características intrínsecas del medio, donde es mucho más barata y puede incluso ser un servicio interesante».
En el foro de AEDE, y ya enmarcado dentro del ámbito de dos mesas redondas coordinadas por el director del Diario de Burgos, Raúl Briongos, y por Javier Gutiérrez, director general de Impresión y Servicios Generales del Grupo Promecal, hubo espacio para la autocrítica y el análisis estratégico de la situación del sector.
Editores y directivos lamentaron que los periódicos se hayan «reblandecido» y se hayan vuelto más «políticamente correctos» ante el poder establecido, tendencia que coinciden en que debe cambiar asumiendo el papel crítico que tradicionalmente han tenido frente al poder. Se advirtió, en este sentido, de la pérdida de prestigio que ha podido acarrear «un exceso de información en detrimento de la calidad y la credibilidad».
En el ámbito de la gestión empresarial, que centró la última mesa del foro de AEDE, se analizaron, entre otros, los crecientes problemas que está provocando la desaparición de los quioscos de venta y las alternativas que se presentan; la incapacidad de crear un sistema estandarizado y fiable de medición de difusión o la necesidad de diferenciar el precio del ejemplar en la prensa local y regional del de la nacional, que mantiene una constante alza en los últimos años.
