Risas, aplausos, ovaciones y sorpresas inundan hasta hoy las calles de La Granja. Las plazas, los rincones y las calles de la localidad se han llenado de magia gracias a multitud de actuaciones, diferentes espectáculos y grandes ilusionistas.
La presencia de magos nacionales e internacionales y de sus grandes trucos, tan sorprendentes como curiosos, atrajeron a muchas personas seducidas por descubrir un mundo de fantasía con familiares, amigos y conocidos.
Por ello, desde que se atravesaban las puertas principales de entrada del Real Sitio hasta llegar a la Plaza de los Dolores se podía ver y sentir el ambiente mágico, gracias a los decorados y vestimentas de los magos que actuaron a pie de calle durante la mañana y la tarde de ayer, consiguiendo que todos los espectadores, tanto niños como adultos, despertaran miles de sonrisas y más de una carcajada.
Cada rostro, dependiendo del espectáculo, reflejaba un sentimiento. Había caras que mostraban sorpresa, entusiasmo e ilusión. Otras, sin embargo, mostraban cierto nerviosismo y prestaban mucha atención para ver lo que iba a pasar. Pero todas las actuaciones, lograron cautivar al público que salía de los espectáculos con ganas de más.
Estas emociones las consiguieron grandes artistas como el segoviano Héctor Sansegundo, que sorprendió al público con su espectáculo ‘A sombra’, un show cargado de humor, fantasía, hipnosis y sombras con vida propia que transmitían tanta energía que hacían explotar bombillas o doblar cucharas.
‘Monólogos con truco’ fue el espectáculo ofrecido por Gele Rodrigo donde destacó el humor mezclado con música y magia. No faltaron trucos con billetes, animales, levitaciones y habilidad para manejar cartas.
A pie de calle, en la Plaza de los Dolores, el mago Patxi hizo, a pesar de su atuendo, que los espectadores y los transeuntes que pasaban por la calle fueran los protagonistas del show, siendo participes de canciones y coreografías donde iban apareciendo y desapareciendo de forma irreal animales, pañuelos, dibujos y toda clase de objetos.
El argentino Mad Martín, con su vestimenta de estilo oriental, representó un mago que cumple condena en una celda porque le tocó la china. Un show donde la magia, el humor, la música y la puesta en escena, convirtieron el truco más simple en un espectáculo que dio rienda suelta a la imaginación de los espectadores.
Pero la magia también se vio en forma de teatro, con la obra ‘La Cabeza parlante’ que trata la historia de la familia Cognac de la época de Luis XVI. La familia se encuentra arruinada y para mantener sus propiedades y guardar las apariencias, la Condesa de Cognac exhibe a su hermana, sin cuerpo, por las ferias del mundo. Los espectadores que accedieron a este espectáculo situado en la Puerta de la Reina disfrutaron de éste fenómeno insólito a menos de 30 centímetros, donde la joven es una cabeza sin cuerpo que habla.
Aunque el festival finaliza hoy, aun hay tiempo de disfrutar de las actuaciones de calle que éstos ilusionistas protagonizan en los lugares más emblemáticos de La Granja. Jorge Prieto y Olga Maslovska ofrecerán un espectáculo dirigido a todos los públicos donde recorrerán la magia close up, telepatía y magia de salón unida con un toque de alegría y humor. El Mago Linaje ofrecerá ‘Momentos mágicos’, compuesto de efectos muy visuales y coloridos, apariciones y desapariciones de espectadores y mascotas junto con los trucos más clásicos de pañuelos, cuerdas y adivinaciones. ‘Extremagia’ ofrecido por Víctor Cerro y Patri Zenner dejará al público alucinado con su magia extrema y grandes desafíos.
Magia social
Un año más, el Festival de Magia y la Fundación Caja Rural han mostrado su lado más solidario acercando la ilusión a las personas mayores de las diferentes residencias de tercera edad de San Ildefonso, que por diferentes motivos, no han podido disfrutar de la magia en las calles y rincones del municipio durante el fin de semana. El viernes, el Mago Linaje ofreció su magia a los mayores de la Residencia San Fernando y el mago Patxi acercó la ilusión, la sorpresa y el humor a la Residencia Madrid.
