Más de 200 personas participaron en la I Marcha de Manos Unidas, dentro de su campaña contra el hambre en el mundo. La actividad comenzó con un recorrido al monte de la localidad. Una de las organizadoras dio a conocer el lugar, su flora y fauna, y destacó la importancia de conservar y respetarlas, pues el monte alberga una riqueza ambiental considerable.
La marcha continuó con una breve explicación de la jornada por parte del sacerdote y las catequistas, Isabel de Miguel y Rodelga Higuera. Les hablaron de Pailin, un pueblo situado al oeste de Camboya, de más de 2.000 habitantes, que no dispone de recursos sanitarios básicos ni educativos, y sus habitantes sobreviven a duras penas.
Sufren numerosas inundaciones, lo que provoca grandes desastres naturales. También hablaron sobre la cantidad de personas que mueren por falta de hospitales y alimentos. Dicha campaña se destinará a la adquisición de un vehículo ambulancia, equipo sanitario, personal médico cualificado y gastos de desplazamiento. También comentaron las ilusiones que generan con los donativos, apoyando proyectos que se están llevando a cabo, como equipos médicos itinerantes, centro de tratamiento de sida, centro de acogida de niños de la calle…