El Unami no ha tenido nada de suerte en los dos enfrentamientos que ha tenido a lo largo de esta temporada con el equipo de La Virgen del Camino. Si en el de la primera vuelta mereció ganar, pero perdió víctima de un golazo, en el de la segunda vuelta cayó de la misma manera, tras encajar un gol de extraordinaria factura, aunque en esta ocasión el conjunto segoviano no mereciera la victoria, pero tampoco marcharse sin puntuar.
El estado del campo condicionó en gran medida el desarrollo del partido. La gran cantidad de arena vertida sobre el terreno de juego convirtió al mismo en un campo de tierra en lugar de hierba, con todos los condicionantes que ello supone. El Unami no supo adaptarse a la anómala superficie en el primer tiempo, y se vio dominado por un rival más acostumbrado al terreno, que puso más intensidad en los balones divididos, y que generó algunas ocasiones de gol, transformando la más difícil, con un golazo de Esaú recogiendo el balón en los tres cuartos de campo, y llevándolo a la escuadra de la portería defendida por Mario.
La reacción del equipo segoviano llegó en la segunda parte, en la que los jugadores del Unami pusieron más fuerza en sus acciones, bajaron a la arena (y nunca mejor dicho) para afrontar el cuerpo a cuerpo con los locales, y a pasaron a controlar el partido, merodeando en varias ocasiones la portería defendida por David.
Pero, como viene siendo habitual en el Unami, al menos en los partidos que juega como visitante, las ocasiones de gol no fueron lo suficientemente claras como para convertirse en gol, y aunque hubo más sensación de peligro sobre la meta local que sobre la visitante en estos segundos 45 minutos, al final los puntos no viajaron en el autobús del equipo segoviano.
