La vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama, a la altura de Prádena, se tiñe de color rojo intenso durante los meses más fríos del año. Los frutos del acebo empiezan a madurar en los últimos días de octubre, permaneciendo en el árbol largo tiempo, hasta finales de enero.
Aunque esta época del año es la de mayor demanda de acebo, lo cierto es que, por diferentes circunstancias, el de Prádena estaba “mal posicionado”, teniendo “poca cuota en el mercado nacional”. Hasta este año. La empresa “Bautos y Carpetanos”, que recientemente ha sido la adjudicataria del aprovechamiento de la rama de acebo de Prádena, ha logrado vender su producto a algunos de los principales mayoristas españoles. “Es un mercado que se había perdido por parte del acebo de Prádena y en el que estamos consiguiendo reintroducirnos”, decía ayer José Ramos García, uno de los socios de esta empresa, radicada en el pueblo de Duruelo.
A medio plazo, la intención es “vender todo el acebo manufacturado, no en bruto”. A ese respecto, este año se ha producido un gran avance. El pasado mes de noviembre se celebró en Prádena un curso de floristería con la idea de que sus 15 alumnos aprendieran a transformar las ramas de acebo en diferentes motivos decorativos. Y varios de los alumnos elaboraron “gavillas”, “haces” o “centros” que han estado vendiendo los fines de semana en la Plaza de la localidad.
En total, para esta campaña de Navidad se han extraído del acebal de Prádena (bajo control del Servicio Territorial de Medio Ambiente) alrededor de 1.100 kilos de ramas de acebo. “En general, la campaña ha estado bien”, se sostiene desde la empresa ‘Bautos y Carpetanos’, dedicada a trabajos forestales, jardinería y medio ambiente, “pero debemos avanzar para evitar la pérdida de valor añadido que todavía hoy se produce”, concluye Ramos García.