El Barcelona emprendió la marcha tras su dubitativo inicio de año al sumar la primera victoria en 2010 frente al Tenerife, en uno de los encuentros más destacado de la decimoséptima jornada de la Liga, y que sirvió para atajar la incertidumbre de los blaugrana, y para retomar el liderato de la competición, únicamente cedido durante un par de horas al Real Madrid.
Para enderezar el rumbo, la delegación visitante repitió el idilio con las islas como en el compromiso precedente entre ambos conjuntos, que se remonta al 2 de febrero del 2002 y acabó también en goleada blaugrana por 0 a 6.
Al inicio, mientras que el cuadro tinerfeño apostó por su once de gala, gracias a la rápida recuperación de sus molestias de su referencia ofensiva, Nino, Pep ofreció novedades en el dibujo inicial azulgrana debido a la inclusión en la zaga de Maxwell y Márquez en detrimento de Abidal y Piqué, y con Bojan como referencia ofensiva.
La apuesta del técnico ‘culé’, que llamó la atención por el desplazamiento al banquillo de uno de sus jugadores más en forma, el canterano Pedro, se tradujo como un intento por rescatar en la rotación al joven ariete internacional, algo apagado la presente campaña tras la explosión del canario en la punta de ataque.
Sin embargo, la osada fórmula establecida por Guardiola estuvo a punto de costarle caro a los catalanes. En el inicio del lance fue la disciplina ‘chicharrera’ la que dio los primeros avisos tras aprovecharse de varias pérdidas visitantes, circunstancias que llevaron el peligro en la meta de Valdés, que se alió con la madera para evitar la primera ventaja local.
Tras este tramo de incomodidad, el bando barcelonista encontró el camino gracias a la diferencia impartida por el tándem Bojan-Messi. En concreto fue el primero el que desató las hostilidades al convertirse en el mejor socio en la vanguardia del vigente FIFA World Player, al que asistió en el minuto 37 a placer tras driblar a Juanlu desde la línea de fondo.
Con la balanza a favor del Barcelona, dos nuevos zarpazos, esta vez con la firma de Puyol de cabeza y del propio Messi, nuevamente asistido por Bojan; sentenció los esfuerzos del Tenerife.
Tras el regreso de la bocana de vestuarios, los de Oltra, ahora incrédulos ante el excesivo castigo a su valentía, y pese a ser conscientes de la efectividad en el remate de los líderes de la Liga, continuaron buscando el área rival por medio de un inspirado Alfaro y de un participativo Nino.
Fruto del brío insular, los de Guardiola cerraron el choque por medio de dos nuevas tentativas. La primera, de la ‘Pulga’, que propinó una vaselina de ‘delicatessen’ ante la que nada pudo hacer Aragoneses, y la segunda, por medio del hijo pródigo de la afición local, Pedro, que finalizó en las redes una gran jugada individual que, por respeto a su tierra, no celebró.
Tras esta balsámica victoria, el Barcelona, además de recuperar la imagen dañada en este tramo inicial del año, recupera sus mejores sensaciones de cara al trascendental partido copero frente al Sevilla, mientras que el Tenerife, ve con un solo punto de distancia el peligro del descenso.
