El escolta Juan Carlos Navarro, el único superviviente de la plantilla del Barcelona que ganó la Euroliga de 2003, tiene muy clara la receta para repetir éxito en la próxima ‘Final Four’ de la competición, que arranca el próximo viernes en París. «Ante todo, debemos aprender de lo que nos sucedió el año pasado».
Los de Xavi Pascual sucumbieron en 2009 en la semifinal contra el CSKA de Moscú (78-82), el mismo rival al que la plantilla se medirá en tierras galas.
El azulgrana manifestó que si el bloque se relaja, puede llevarse un nuevo disgusto. «Se trata de un conjunto experto y, en la anterior oportunidad, su estrategia le funcionó. Tenemos que tomar nota de aquello».
Sin Ettore Messina, actual entrenador del Real Madrid, la escuadra rusa parece haber perdido un referente, pero el internacional no se fía. «Ellos buscarán el contacto, porque saben jugar bien sin el balón. A 40 minutos, te la pueden liar. Al menos, sí disponemos de una mayor amplitud de banquillo que el oponente».
Navarro admitió que está viviendo «con algunos nervios» los días previos al evento. «Llevamos unas semanas que se han hecho largas, porque nuestra mente ya se encontraba en París».
El integrante de la plantilla ‘culé’ también necesitará progresar a nivel individual en relación a su anterior cita con el CSKA, pues el rival se las arregló para neutralizar sus armas. «Me sacaron del encuentro, porque provocaron que me cargara de faltas demasiado pronto».
El escolta destacó que la plantilla ha de saber canalizar el sentimiento de revancha. «Queremos cortar la racha de dos tropiezos contra ellos en partidos importantes, aunque eso no nos debe bloquear». Y es que, en 2006, los competidores de Moscú tampoco perdonaron a los españoles.
Navarro no ocultó la enorme motivación que existe en el grupo. «Es un desafío más para este equipo, y de momento, cada reto que nos hemos propuesto, lo hemos conseguido».
Por su parte, el entrenador del Regal Barcelona, Xavi Pascual, declaró que el club tiene una deuda de «al menos una Euroliga» con la afición.
El técnico se refería al recuerdo de la final perdida en París en 1996 por un tapón ilegal de Stojan Vrankovic a José Antonio Montero, y manifestó que las sensaciones del equipo son «inmejorables».
Las estadísticas avalan al combinado blaugrana como el mejor de Europa, pero el preparador advirtió de que esos datos «valen poco cuando comienza el partido».
El ‘míster’ dejó claro que, en un compromiso de estas características, cuenta tanto «la trayectoria previa como la capacidad para desenvolverse en ciertas situaciones complicadas».
En este segundo aspecto se basa una de las máximas preocupaciones de Pascual. Quiere que sus pupilos sepan jugar la contienda psicológica ante un contrincante tan experto como el CSKA.
«Ellos disputan igual el primer minuto que el último, y siempre conservan la calma cuando están por debajo en el marcador».
El CSKA ha perdido a Erazem Lorbek y Terence Morris, ahora en el propio Barça, y también a Nikolaos Zisis. De cualquier modo, al entrenador catalán no le concede tranquilidad esta circunstancia. «Es verdad, pero la aportación de los jóvenes está siendo muy relevante, y Matjaz Smodis ha ganado en jerarquía».
