El 26 de agosto de 2009, el Boletín Oficial de Castilla y León publicó que una empresa, “Ateneo de Técnicas Ambientales S.L.”, había iniciado trámites para construir nueve parques eólicos en la provincia, la mayoría de los cuales se situarían en la falda de la Sierra de Guadarrama.
Ese mismo día, el jefe del Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo de la Junta, Sergio Gozalo señaló, en declaraciones a esta Redacción, que dichos proyectos se encontraban “en una fase muy inicial”, explicando que la publicación de las solicitudes en el BOCYL resultaba “obligada” para la Administración Regional, que debía tramitar las instancias de la sociedad promotora. No obstante, Gozalo advirtió que la mera publicación de las solicitudes no significaba que fueran a llevarse a cabo los proyectos.
Alertados por el texto del BOCYL, numerosos vecinos y ayuntamientos afectados comenzaron a movilizarse. Hasta que, casi un año después, se ha fundado una entidad, la asociación “Entorno de Guadarrama sin Molinos” cuyo objetivo único es lograr que la iniciativa de ‘Ateneo de Técnicas Ambientales S.L.’ fracase.
De momento, este colectivo cuenta con cerca de un centenar de socios, procedentes de los 25 pueblos afectados por los parques eólicos. En el corto periodo de tiempo desde su constitución, sus representantes ya han tenido tiempo de reunirse con el presidente del PP, Francisco Vázquez; el secretario general de los socialistas segovianos, Juan Luis Gordo; el presidente de la Diputación, Javier Santamaría; y la subdelegada del Gobierno, María Teresa Rodrigo.
A todos ellos les han transmitido el mismo mensaje, el de que “no vamos a estar callados hasta que no tengamos la seguridad de que esos proyectos no se llevarán a cabo”, explica la presidenta de la asociación, Diana Martín.
De acuerdo a sus explicaciones, si se construyeran los parques proyectados, entre Espirdo y la zona de Pedraza se formaría una ‘barrera’ de 225 molinos de unos 80 metros de altura de rotor.
“Prácticamente todos los parques se proyectan siguiendo la carretera N-110, bordeándola, estableciendo una barrera de torres metálicas, a modo de ‘telón de acero’, que encorsetaría toda esta zona de la Sierra de Guadarrama”, denuncia Martín, recalcando que los parques eólicos “bordearían e invadirían partes del futuro parque natural, así como terrenos con diversas figuras de protección medioambiental (ZEPAs y LICs).
La tramitación de los expedientes está pendiente de un informe técnico que debe elaborar el Ente Público Regional de la Energía de Castilla y León. En caso de que reciban el ‘visto bueno’ entonces serían sometidos a estudios de impacto ambiental.
Desde ‘Entorno de Guadarrama de Molinos’ se sospecha que la empresa promotora presentó diversos proyectos “para intentar que alguno de ellos se cuele”. Por eso mismo, aunque el propio director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, realizó unas declaraciones a EL ADELANTADO en abril de 2010 manifestando que “no se van a hacer” parques eólicos en la Sierra de Guadarrama, y añadiendo que los proyectos en sus inmediaciones “es posible que no pasen el filtro medioambiental”, ‘Entorno de Guadarrama sin Molinos’ ya ha advertido que no está dispuesto a bajar la guardia y que seguirá peleando contra esos proyectos.
“Sería una verdadera contradicción de la Administración Autonómica el aprobar la constitución de un parque natural y un PORN que establece importantes limitaciones urbanísticas a los municipios y posteriormente aprobar un parque eólico, que, como una verdadera muralla de torres de acero, rodearía a dicho parque natural y al nacional que se proyecta”, declara Martín.
