La Unesco anunció ayer que se ha visto obligada a congelar el conjunto de sus compromisos de aquí a fin de año por la asfixia financiera que le ha supuesto la retirada de la contribución económica de Estados Unidos tras la adhesión de Palestina como Estado miembro de pleno derecho.
«He suspendido la ejecución de nuestros programas durante este ejercicio de revisión, de aquí a finales de año», declaró la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura durante la XVI Conferencia General de esa institución dependiente de la ONU, que concluyó ayer.
La dirigente subrayó que «antes del fin de año» la organización debe «enfrentarse a un déficit de tesorería de 65 millones de dólares» que se corresponde a la suma que habría aportado EEUU si no hubiera retirado su colaboración tras aceptarse, por votación en la Asamblea, el ingreso de Palestina el pasado 31 de octubre.
La contribución del país dirigido por Barack Obama representa un 22 por ciento del presupuesto total de la organización, que se encuentra, según aseveró su máxima responsable, «en una situación de crisis económica muy grave». La congelación de los programas de la Unesco es una de las «medidas radicales» que adoptará para recuperarse. Además, la institución revisará «el conjunto de actividades previstas en todos los ámbitos y en todos los sectores, incluidos los compromisos contractuales, los viajes del personal, las publicaciones, los gastos de comunicación, de reunión y el resto», añadió Bokova.
Con esas iniciativas, espera un ahorro de 35 millones de dólares, pero esa cantidad «no bastará para resolver» el problema, añadió, por lo que también se revisará los fondos destinados a su funcionamiento, que se elevan a 30 millones de euros.
«Eso significa que cerraremos el año sin ninguna reserva, en una situación peligrosa pero actualmente no tenemos otro margen de maniobra», lamentó la directora general.
A partir del próximo 1 de enero, la Unesco se enfrentará a otro problema de déficit de 143 millones de dólares, que supone la pérdida de ese 22 por ciento de su presupuesto para el período 2012-2013, que afrontarán sin ninguna reserva para su funcionamiento. «Tendremos que tomar medidas radicales», insistió la dirigente, quien aseveró estar dispuesta a revisar el conjunto de la acción de la institución, incluidas sus modalidades de funcionamiento y sus estructuras «si fuera necesario».
Asimismo, Bokova propuso a los Estados miembros una contribución solidaria y proporcional para elevar el fondo de funcionamiento de la organización un 10 por ciento.
Otra de las ideas de la máxima responsable de la organización es lanzar un «fondo de emergencia» de donantes, abierto a Estados, instituciones, fundaciones e, incluso, particulares.
