La reforma laboral es una ley aprobada, por lo que no habrá cambios pese a la huelga general del pasado miércoles. Pero José Luis Rodríguez Zapatero afirmó ayer que llamará a los sindicatos cuando nombre a un nuevo ministro de Trabajo, hacia mediados de octubre. Sobre el sustituto de Corbacho, el líder socialista sostuvo que tendrá un «perfil político», y que espera que tenga una «ambición renovadora» para mejorar los servicios públicos de empleo. Dentro de la reforma de las pensiones, una opción que el Ejecutivo tiene sobre la mesa es la ampliación de la edad legal de jubilación a los 67 años, aunque mostró su disposición a escuchar otras fórmulas.
Tras el 29-S, el político leonés optó por dejar que «las aguas se calmen un poco» antes de llamar a los sindicatos. «Debo nombrar un nuevo ministro a mediados de octubre, y ese será el momento en el que empezaremos a trabajar en los temas que hay encima de la mesa», afirmó. Además, recordó que hay una gran agenda de reformas sociolaborales por delante, por lo que «hay un amplio campo donde los sindicatos van a ser convocados al diálogo».
Aunque en este sentido, Zapatero también hizo hincapié en que se debe trabajar con «prudencia» para no «levantar expectativas», aunque indicó que leerá «con atención» la propuesta conjunta que están elaborando CCOO y UGT. Pero el jefe del Ejecutivo quiso dejar claro que la reforma laboral es una ley aprobada e inalterable. Y es que la reforma evitará una nueva «sangría del paro» si llega otra crisis, y ayudará a crear empleo cuando la economía crezca lo «mínimo necesario» y contribuirá «sin duda» a crear más empleo estable.
«Lo que el Gobierno ha dicho y reitero es que las opciones fundamentales de nuestra política económica y de reformas se van a mantener porque son, no solo necesarias, sino imprescindibles para el país», explicó Zapatero, que añadió que, aunque las reformas son «duras y difíciles», contribuirán a la estabilidad de las cuentas públicas «ante el mundo» y ayudarán a la recuperación económica que, en todo caso, será «lenta».
Asimismo, el presidente afirmó que respeta la posición de los sindicatos, pero «no puedo entender que alguien sea partidario de dejar el marco laboral tal y como estaba». «Aquí todo el mundo habla de reformas pero cuando el Gobierno se pone y las hace la mayoría de los grupos políticos, especialmente el PP, se llama a andadas. Lo que denuncio es la falta de coherencia, de compromiso y la irresponsabilidad del principal partido de la oposición», reprochó.
Por último, el líder socialista expresó que habrá que introducir cambios «profundos» en el sistema estatal de empleo y en la prestación de políticas activas de empleo. Las quinielas para la cartera de Trabajo siguen abiertas.
