Esta Nochevieja los españoles volveremos a sentarnos enfrente del televisor, lo suficientemente cerca de nuestros primos pequeños o hermanos y con el mejor campo de visión posible de nuestras tías como para ver si le caben todas las uvas en la boca o se atragantan (no es un deseo; ojalá que no pase). Es una de tantas tradiciones que hay alrededor del mundo relacionadas con esta noche, una tan familiar como que cuando empiecen los cuartos tu madre empiece a hiperventilar y a preguntarse si ya o si todavía no, y como no escucha, comenzará a meterse las uvas por si las moscas en la cavidad oral.
Esta tradición tan española es secular; llevamos más de un siglo comiéndonoslas (los que nos las comemos, ya que hay algún sibarita por ahí que prefiere despedir la Nochevieja comiendo lacasitos). Concretamente, según expertos en historia de España, esto que nos suena tan añejo como el vino y tan antiguo como Roma proviene de finales del siglo XIX, cuando en Madrid los burgueses celebraban el cambio de año bebiendo champán y comiendo uvas para demostrar lo pudientes que eran. También de esa era viene lo de acudir a la Puerta del Sol: el vulgo, irónico, empezó a ir a esta, también con uvas, para celebrar la noche y burlarse de los ricos.
Otras tradiciones de Nochevieja
Esto, que empezó de manera espontánea, hoy es habitual en toda España; también, gracias a que en el siglo XX los agricultores con excedentes de uva decidieron que podían ser el fruto de la suerte («será para ellos», pensará aquí más de uno), uno que represente, a través de su digestión, los doce meses del año y esas campanadas que nos acompañan desde hace tiempo. No obstante, esta no es más que una de las muchas tradiciones que hay en cada casa, puesto que hay quien las pela y quien no, quien las prefiere de lata, quien las cambia por ositos de gominola… Hasta hay quien dice que en Valencia comen gajos de naranja, como si hubiera una boca tan grande como para que entren doce.
Entre las supersticiones que los españoles hemos hecho nuestras está el llevar ropa interior roja en Nochevieja, algo importado de Italia, donde en un día como este comen lentejas desde la Antigua Roma. Hay casas también en las que las mujeres se sacan los anillos y las introducen en las copas de champán con las que luego brindarán y otras como quemar papeles o tratar de llamar a la buena suerte de otras maneras. Total, que cada uno lo vive como quiere, y si mira a Europa o vive la Nochevieja fuera de nuestro país, podrá comprobar cómo, por ejemplo, en Dinamarca estampan platos contra la puerta del vecino para desearle un buen año o en Escocia no permiten pasar a pelirrojas o rubias por el umbral de la casa en primer lugar, no vaya a ser que llamen al mal fario.
La Nochevieja fuera de Europa
Esta noche del 31 de diciembre los telediarios abrirán con los países más orientales celebrando la llegada del año nuevo, en lo que se puede considerar otra de las tradiciones arraigadas para los que vivimos en este lugar del planeta Tierra. Más tarde harán lo propio en América Latina, donde, por ejemplo, se barren las malas vibras (en Argentina), se lanzan cubos de agua como quien expulsa lo malo de casa por la ventana (en Uruguay o en Puerto Rico) o se pasa la Nochevieja en la playa, como hacen en Copacabana los brasileros, que saltarán siete olas justo al pasar la medianoche. Y es que las tradiciones, como todo lo demás, van también por barrios…
