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Malcolm Scarpa: “Para qué me habré muerto, casi estaba mejor vivo”

por Miguel López
28 de diciembre de 2025
Juan Manuel Morillo Escarpa: “Cada uno es muy libre de decir lo que puede”.

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Tres años después del fallecimiento de Malcolm Scarpa (1959-2022), siguen aflorando insospechados prodigios sonoros y literarios que elevan aún más la estatura artística del añorado músico. Rosa M. Scarpa, su hermana, prosigue con entusiasmo la labor de sacar a la luz toneladas de belleza escondida en cajones, armarios y estantes del humilde dormitorio familiar donde Malcolm activó su inmarcesible talento rumbo al infinito.

Rosa M. Scarpa pone ahora en circulación un disco doble con 64 canciones inéditas (segunda entrega póstuma, muy superior a la anterior “Malcolm Meets Scarpa”) y un libro de 394 páginas, igualmente desconocido hasta hoy. Ambos regalos del destino (y sobre todo del amoroso empeño fraternal) se han presentado públicamente en Madrid y se prevén puestas de largo en Valencia y otros puntos de nuestra geografía.

El disco doble se titula Malcolm’s Not My Name (No Me Llamo Malcolm), quizá una respuesta desde ultratumba a la pregunta sobre su nombre que debía responder Juan Manuel Morillo Escarpa en las entrevistas. La entrega discográfica resulta exuberante en sus dos partes, marcadas por la extrema variedad estilística que siempre ha caracterizado las composiciones del orgullo de Pueblo Nuevo y un humor salpicado de champagne, costumbrismo y visión inigualable sobre los vaivenes cotidianos.

El libro Memorias de Pepe Guinea está escrito a seis manos, porque Rosa M. Scarpa y su amiga Ana Hortelano han transcrito (digitalizado, dicen ellas) los manuscritos garabateados por su autor en cuadernos, servilletas, manteles de papel y demás soportes estrafalarios, y encima han debido descifrar una letra parecida a la de los médicos cuando despachaban recetas con papel y pluma. El volumen lo ha lanzado Desacorde Ediciones, sello que se ha abierto camino tras especializarse “en la publicación de literatura firmada por músicos”. Su catálogo incluye obras de Manolo Kabezabolo, Javier Vargas, Marcela Ferrari o Albert Pla. Sus impulsores también regentan una de las mejores librerías musicales de Madrid: La Esquina del Zorro, en Vallecas.

El prólogo del periodista y escritor Jesús Ordovás obliga a quitarse una vez más el sombrero ante el maestro. Apunta que entrevistó al autor en cierta ocasión para su programa de radio, acompañado por el cineasta y escritor Santiago Lorenzo (afincado en Segovia), durante las presentaciones de la película Mamá es Boba (con banda sonora del músico), a finales del siglo pasado. Entonces “Malcolm me dijo: ‘El calor es un asesino hipócrita” y remató con una verdad irrefutable ‘Yo no pienso en los demás, son tantos…’. El prologuista acaba sus palabras introductorias recogiendo otra lección de Malcolm: “Le robo el epitafio de la página 15: ‘La imaginación es una mentira que nos permite seguir vivos”. De eso, exactamente de eso, va Memorias de Pepe Guinea, y Ordovás señala con el dedo la palabra clave para entender estas páginas y músicas: la imaginación.

Malcolm Scarpa junto a Santiago Lorenzo y a Jesús Ordovás en los estudios de Radio 3.
Malcolm Scarpa junto a Santiago Lorenzo y a Jesús Ordovás en los estudios de Radio 3.

Solo desde esa perspectiva, donde las leyes son el juego y la fantasía, cabe abordar el contenido de Memorias de Pepe Guinea. Son más de 12.000 frases, sentencias, retruécanos, versos, dislates, juegos de palabras, humor, greguerías, guiños trágicos y erudición al servicio de una visión especialísima de la existencia. La voracidad lectora de Malcolm se constata aquí y es posible encontrar pleno sentido a la afición que tenía el artista de juntarse con amigos para leer la Guía Telefónica en busca de nombres chocantes y reales, como por ejemplo Chivo Macarrilla. Compañeros del barrio muy cercanos añaden el probable influjo de Edgar Allan Poe en su prosa poética. El libro estructura (es un decir) en dos partes el aluvión de “malcolmadas”: Tienes mucho interés? y Delenda est Cartílago.

Como el autor vivía inmerso en su universo musical, muchas referencias aluden al arte sonoro. Como ejemplo, pueden leerse en esta obra versos como “La música hace cosquillas a las nubes”. Tal tono poético aparece de forma guadianesca y entreverado con otras chispas musicales de esta guisa: “Under my thumb, Bajo mi tumba”; “En música hay que distinguir entre frase y melodía, hay músicos que no son más que fabricantes de frases. Los detesto”; “Alí Babá y los cuarenta principales”; “Wilson Picket: la tierra de las mil mudanzas”; “Muchas veces, analizar la música es dejar de disfrutarla”; “No te fíes de ese, que un día le gustan los Rolling y al siguiente los Stones. Nunca sabes si está apretando un tornillo o aflojando una tuerca”; “Al caer un tintero se creó la mancha fúnebre”; “Balalaica: instrumento sin creencias religiosas”; “Un gran cantante de blues era Carolina Slim (Ed Harris), quien tenga oídos que oiga”; “Se me remueve el estómago cuando Elvis empezaba sus conciertos con See See Rider”; “Busco batería, no importa que no sepa tocar. Que tenga furgoneta”, o “Duke Ellington hizo una versión de la Virgen de la Macarena (esto es totalmente verídico)”.

Más música dentro de Memorias de Pepe Guinea: “Pete La Rocca fue taxista y luego abogado, además de un excelente batería, uno de los preferidos de Rollins”; “Desde que murió Barry White no soy el mismo”; “Aplicar vitalmente la idea del be bop: todo lo que se sobreentiende se deja fuera”; “Bob Marley, el rey del reggaetón”; “Cuando la música está en Do, bailo en Fa, porque la música está en Mí”; “Tú fíjate qué hambre tendría ese gato que se tiró a la radio porque estaba sonando ‘La Raspa’”; “Mi pianista favorito es Elmo Hope”; “Gardel solía grabar en invierno. Los discos de Elvis dedicados a la Navidad los grabó en verano. Ponían un abeto en el estudio”; “Heartbreak Hotel se grabó exactamente el 10 de enero de 1956”, y “Atravesar el Atlántico montado en una flauta”.

También menudean algunos diálogos que pisan el territorio del surrealismo:

Hay una parte de los iceberg que sale a la superficie, pero la parte más grande está debajo del agua.

Sí, por eso los Beatles hicieron “Hielo Submarine”.

Y otro más:

Tú te afeitas con maquinilla eléctrica?

No, acústica.

Malcolm Scarpa
Malcolm Scarpa.

Desde una óptica particularísima, Malcolm narra episodios de su devenir cotidiano: amores, pensamientos, ideas absurdas, geografías urbanas con epicentro en su barrio madrileño (Pueblo Nuevo) y divagaciones sobre la muerte, cada vez más presente en estos cuadernos que completó hasta el fin de sus días. Era muy consciente de su quebradiza salud. Recuerda la hermana que meses antes de fallecer le había enseñado a utilizar el programa de textos para trasladar sus manuscritos a formato digital; sin embargo, “llegó un momento en que dijo: ‘es que no me va a dar tiempo’, y abandonó la transcripción”. Por eso menudean en Memorias de Pepe Guinea frases como “Me gusta dejarlo todo para el final, cuando no tiene remedio”; “La facilidad para recuperarme de las enfermedades graves va a ser mi tumba”; “Sostengo en este momento un gran combate contra cuatro médicos, si llega otro me doy por muerto”; “Este catre en el que estoy echado es un ataúd anticipado”; “Pasar al olvido de una manera pasmosa”; “Cerrado por fiesta familiar grave”; “Me mato sólo por el placer de vencer”; “Farmafia”; “Esta tos me va a llevar al sepulcro. Ja, ja, ja”; “Cuando muera que den una misa por mi eterno descenso”; “Cuando yo vivía, qué tiempos aquellos…”; “Me gusta el sonido de la campana cuando suena a muerto”; “¡Siempre nos vamos los mejores! ¡Ah, si no me he muerto”; “Oír discos es el único placer que me queda, todo lo demás se ha venido abajo”, o “Para qué me habré muerto, casi estaba mejor vivo”.

Y una última tanda de perlas: “El borracho siempre se va con el beber cumplido”; “El hombre desciende del último mono”; “Un torero zurdo nunca será un diestro”; “Los gimnasios juntan a gente vanidosa con acomplejados”; “Monotonía sublime”; “Cada uno es muy libre de decir lo que puede”; “Tren Expreso: tren que, en tiempos, estuvo en la cárcel”. “Muchas veces, para crear algo hay que despreciar lo que has hecho antes”; ”Quiero volver a ser a estrella que nunca fui”; “Escalópez: filete rebozado, de apellido vulgar”; “Un país que vive sólo del turismo (España) no es más que una puta”; “Todos somos iguales ante la ley del más fuerte”; “Un buen insulto que no se utiliza es randa”; “Hago muchas cosas, soy multipatético”; “En los libros de poemas se desperdicia mucho papel”; “Palizonte: el que se cuela en un barco para dar el coñazo”; “Lo que veo me entra por un ojo y me sale por el otro”; “La única forma de convivencia es la hipocresía”; “Hemorroides: filósofo griego con almorranas”; “Para saber mi futuro voy a un invidente”; “Bebo más que lo que bebería”, o “Jabón de manos Pilatos, Guarderías Herodes, Óptica Pepe Leches”.

Este volumen despeja dudas sobre el talento literario de Malcolm Scarpa tras el épico Qué Te Debo, José?, reeditado recientemente por Sílex. Al igual que en su discografía, igualmente inclasificable, el artista despliega una libertad salvaje en busca de los abismos y remansos interiores. En esas páginas se disfruta de su desbordante creatividad y aparece lo que se puede considerar una “recopilación de vida”, en palabras de Rosa M. Scarpa.

Malcolm Scarpa: “Muchas veces, para crear algo hay que despreciar lo que has hecho antes”.
Malcolm Scarpa: “Muchas veces, para crear algo hay que despreciar lo que has hecho antes”.

Un doble disco que suena a puro Malcolm

El librillo que acompaña el disco doble incluye un texto de Rosa M. Scarpa donde explica la gestación del álbum. Aquí se recoge uno de los textos incluidos en esas 28 páginas de espléndida factura:

“Cuando empecé a seleccionar las canciones para este pack pensé también en el librillo que acompañaría a los temas escogidos. Pedí a algunos de los amigos más cercanos que pensaran alguna anécdota que les resultara más entrañable o algún aspecto de su relación con Malcolm que más les hubiera marcado. También me planteé preguntar a los seguidores cómo conocieron a Malcolm y qué les llamó la atención de él y lo contaran. Luego vi que podía ser demasiado largo y desviarse de lo más importante: las canciones.

Algunos de los temas tienen su historia y recuerdo perfectamente el motivo que inspiró a Malcolm componerlos; otros merecen que se cuente lo que entrañan sus letras, porque dan una idea de la variedad de intereses malcolmianos. Lo cuento en este librillo, junto con frases de Malcolm nunca publicadas (“Inventario de Ocurrencias”) y alguna que otra anécdota.

Igual que en 2024, año que casi coincidió la publicación de Malcolm Meets Scarpa con la reedición de Qué Te Debo, Jose?, Malcolm´s Not My Name se da a la luz simultáneamente con su segundo libro, el inédito Memorias de Pepe Guinea.

Un dato curioso con respecto a ambos títulos: Jose era un camarero del bar-restaurante Jauja en Santander. Salvo para dar su nombre al título, no vuelve a aparecer en Qué Te Debo, Jose? Quien sí aparece brevemente en Qué Te Debo, Jose? es Pepe Guinea, otro camarero, en esta ocasión de una cafetería en la calle Corrida de Gijón. No vuelve a ser nombrado en el segundo texto. Dos libros, dos camareros para dos títulos. Y únicamente para esta cuestión.

Si en cualquier disco de Malcolm la variedad de estilos es marca de la casa, en este pack es incluso más remarcable. He querido incluir algunas de las primeras canciones que compuso, no solo por su valor musical y sus letras tan especiales, mayoritariamente en español, sino también porque forman parte de la vida de un buen número de personas y para que el resto puedan conocerlas.

Continuamos con grabaciones del multipistas casero con el estilo Malcolm ya perfectamente definido en su diversidad. Buenísimas, para mí auténticas joyas y mis favoritas por cuenta de la genialidad compositiva, de toda esta colección. Así mismo, son incluidas algunas de las pistas que compuso para el Proyecto Lorelei (casete Salut Les Compains, principalmente) y que no vieron la luz. Tenemos intención de recuperar todo ese repertorio en las mejores condiciones de edición. Y desde el momento que la escuché no he podido resistirme a añadir “Stranger in my arms”. Este tema es un descarte de Jaimita, Songs of Tragedy and Grotesque, el disco que grabó con Jacquelines. ¡Un descarte!

Malcolm's not my name

Este pack se compone de dos CD’s

Malcolm Completo contiene 30 canciones, bastantes de ellas provenientes de una primerísima época, años 80, y otras posteriores y ya compuestas en inglés. Toma el nombre de la casete que ha aportado más temas a este disco. Indico el nombre de la cinta a la que pertenecen las canciones, hay títulos muy curiosos.

Jacquelines, Lorelei y Otras Hierbas totaliza 34 cortes, empezando muy potente con el descarte de “Jaimita”, año 2000, y sigue en igual tónica conteniendo algunas de esas canciones por las que yo decía a Malcolm “Juanma, tú en el fondo eres un crooner”. Fueron compuestas, casi todas, en 1990. Deseché el nombre de “Into Something Good” por parecerse demasiado al disco publicado en 2015, “Something Like That”, a pesar de que esa es la casete de la que he seleccionado más canciones”.

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