La sostenibilidad del sistema de pensiones es uno de los problemas más preocupantes de España. Los informes internacionales coinciden en que a largo plazo se producirá un colapso. El sistema requiere de reformas profundas que eviten un futuro oscuro.
Si bien es muy generoso y protector, el régimen de pensiones no garantiza su viabilidad. Uno de los problemas centrales se encuentra en el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida. El número de pensionistas crece y el gasto aumenta.
Simultáneamente, las dificultades de los jóvenes para acceder al mercado laboral limitan los ingresos por aportes de los que trabajan. El desequilibrio se sintetiza en que el aporte de los trabajadores solo alcanza para solventar una mínima parte de lo que se paga en pensiones por jubilación. El Estado aporta lo que falta.
A estos factores se suma que las pensiones son altas. España es el segundo país del mundo con el porcentaje más alto de salario que se paga por jubilación. La tasa española es el 80% del último sueldo, mientras que la media internacional es 50%.
Realismo, transparencia y ahorro individual: tres pilares claves para reformular el sistema se la seguridad social español
El Centro Ruth Richardson, de la Universidad de las Hespérides realizó un análisis en el que comparó España con Suecia, Alemania y Chile. Las sugerencias para el sistema español tienen que ver con reducir la generosidad de las pensiones.
¿Qué quiere decir? Que las pensiones españolas deberían calcularse con porcentajes menores del último sueldo que los que se manejan actualmente. Acercarse a la media internacional es un camino para la solución. Implicaría que un jubilado que en el sistema actual cobraría el 80% de su último sueldo, pasaría a cobrar más o menos un 50%.
El sistema sueco se considera una buena fuente de inspiración. En España, el peso de las pensiones está exclusivamente en las espaldas del Estado. En Suecia, en cambio, la responsabilidad es compartida. Existe una base pública que se complementa con aportes laborales y con ahorro individual.
¿Cómo es el sistema previsional sueco?
El sistema previsional sueco se apoya en tres pilares: la pensión general del Estado, la pensión laboral a cargo de las empresas y los ahorros privados de cada ciudadano.
La parte del Estado se calcula a partir de todo lo que el trabajador aportó. Cada trabajador acumula en su cuenta de pensión el 16% de su salario anual. Al jubilarse, ese monto acumulado se divide entre los años de esperanza de vida que corresponde a su edad.
El segundo pilar son las aportaciones en torno del 4,5% que se negocian en los convenios. Y el tercer pilar es la cotización obligatoria del 2,5% del salario destinada a cuentas financieras, que se transforma en un ahorro particular.
El trabajador elige las cuentas, que son gestionadas por entidades privadas que realizan las inversiones. El rendimiento obtenido se acumula en la cuenta individual del trabajador.
Además, el gasto del Estado en las pensiones se mantiene estable, en torno al 10% del PIB. En función de este valor se realizan los ajustes.
En el sistema sueco el 51,6% de la renta de los jubilados proviene del Estado, el 31,4% de ahorro e ingresos de capital y el 17% del empleo. En España, en cambio, las transferencias del Estado alcanzan casi un 72%.
¿El “sobre naranja” llegará a España?
Y aquí entra en juego el “sobre naranja” que se usa en Suecia. Es una herramienta de transparencia del sistema de pensiones suecas. En esa carta, que los trabajadores reciben cada año, se resume cuánto ha cotizado cada persona, cuánto ha acumulado en su pensión pública y cuál es la pensión estimada que recibiría en el futuro.
El objetivo es que cada trabajador conozca con precisión su situación previsional y pueda realizar las previsiones que entienda necesarias.
Las comparaciones entre los sistemas exitosos y sostenibles y el sistema español son claras. La sostenibilidad no se logra con intuiciones, promesas y políticas demagógicas que cambian con cada gobierno.
Se necesita un cambio radical, que marque reglas claras y que involucre al trabajador.
