La costumbre de cocinar en casa se ha ido debilitando progresivamente. Las generaciones adultas, que tenían el hábito de pasar tiempo en la cocina y ofrecían orgullosamente sus preparaciones a la familia, han ido desapareciendo.
Los jóvenes viven con prisa. Sienten que cocinar es malgastar el tiempo, ese tiempo tan valioso que siempre falta.
A esto se suma que la variedad y accesibilidad de la comida comprada permite disfrutar de todo tipo de sabores y estilos culinarios. Para qué preparar platos en casa si ya se venden listos. A estas ventajas, se suma la comodidad que da el delivery.
Sin embargo, en algunos hogares se ha comenzado a redescubrir el valor de la comida preparada en casa. De pronto, un día, a alguien se le ocurre preparar una vieja receta familiar y todo el mundo queda encantado. Y ese plato se convierte en una especialidad de quien lo hizo.
Con la receta perfecta, cocinar no es una pesada obligación
Cocinar en casa está recuperando ese valor que trasciende lo puramente gastronómico. Pero para que cocinar sea un disfrute más que una obligación, las recetas son esenciales. Para animarse, hay que tener “esa” receta que no falla y que siempre cae bien.
El bizcocho de yogur es una de estas recetas. Dorado, esponjoso y con ese gustito a hecho en casa atrapa a todos. Ningún bizcocho comprado será igual al que se logra con esta receta.
¿Qué ingredientes lleva el bizcocho de yogur?
Este bizcocho de la cocina de la abuela lleva unos pocos ingredientes que suelen estar en la casa.
Para elaborarlo basta tener 3 huevos, tres vasos de harina, dos vasos de azúcar, uno de aceite, uno de yogur, 2 cucharaditas de polvo de hornear y ralladura de naranja.
Puede llamar la atención la práctica unidad de medida: el vaso. Era el sistema que usaban las cocineras expertas de antes, las abuelas, que confiaban en ella más que en la balanza.
El vaso que se usa en esta receta debe ser el vaso del yogur. De este modo, se garantiza el equilibrio de la preparación. Es uno de los secretos para que la fórmula de la receta resulte perfecta.
¿Cómo se prepara el bizcocho?
El procedimiento es sencillo. Se comienza batiendo bien los huevos y se va agregando el azúcar. La mezcla debe quedar bien aireada y esponjosa.
A esta preparación se agrega el yogur, el aceite y la ralladura de naranja, siempre batiendo. A medida que estos ingredientes se integran, se preparan los secos.
La harina se tamiza junto al royal. Poco a poco se agrega a la mezcla de los huevos, revolviendo con movimientos envolventes para que no se pierda el aire que hará el bizcocho esponjoso.
Este paso de la preparación es clave. Si se bate demasiado cuando ya está la harina mezclada al resto, el bizcocho perderá la esponjosidad que es una de sus virtudes.
Solo queda hornearlo. Se vierte en un recipiente para horno que se ha engrasado previamente. El horno se precalentará a unos 180° C. Bastarán unos 40 minutos para que esté listo para servir.
Algunos secretos para tener en cuenta
Esta receta tan sencilla tiene algunos secretos que determinan el éxito. Batir mucho los huevos con el azúcar es uno. Otro es la incorporación de la harina y la royal, que irán tamizados y que se unirán a los demás ingredientes envolviendo suavemente, casi sin batir.
El tipo de yogur influirá en el bizcocho. Si se usa un yogur griego, será más cremoso. El desnatado hará que sea más ligero.
El horno es fundamental. No se debe abrir durante los primeros veinte minutos. Si esto ocurre el bizcocho se bajará.
La ralladura de naranja puede sustituirse por ralladura de limón, por vainilla, por chispas de chocolate. En lugar de azúcar puede utilizarse edulcorante. Es un bizcocho muy versátil que se adapta a todas las preferencias.
En poco más de una hora, el bizcocho casero estará en los platos de los comensales. Disfrutarán de un bizcocho que, además de un sabor delicioso y de una textura perfecta, tendrá el amor de quien lo preparó.
