Como es tradición cada año, el nuevo mayordomo de la Cofradía del Niño Jesús de la Bola, Alejandro Villahoz, junto al mayordomo honorario perpetuo, Juan Pablo de Benito, han hecho entrega al alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile, del calendario correspondiente al año 2026, así como de la invitación oficial para participar en los actos programados por la cofradía a lo largo del próximo año.
Siguiendo la costumbre, los días 1 y 6 de enero de 2026 se celebrarán las eucaristías a las 12.30 horas en la iglesia de San Miguel, mientras que las procesiones tendrán lugar a las 17.30 horas en ambas jornadas. Tras la finalización de las procesiones, se ofrecerá un ágape en la Sala Pedro I.
Durante el recorrido, la procesión del Niño de la Bola en Cuéllar está acompañada por danzas al ritmo de la entradilla, interpretadas por los miembros de la Cofradía. La imagen parte de la iglesia de San Miguel y se dirige hasta la iglesia de San Esteban, donde se realiza una parada en la que se cantan villancicos, acompañados por el lanzamiento de cohetes. Posteriormente, la procesión regresa a la iglesia de San Miguel, recorriendo entre danzas, repiques de tejoletas y vítores las antiguas calles de la judería.
Asimismo, la cofradía celebrará la tradicional misa de Difuntos el día 8 de enero, también en la iglesia de San Miguel.
También se celebrará un taller gratuito de baile tradicional el lunes 29 de diciembre, a las 20. 30 horas, en el gimnasio del colegio La Villa. El taller será impartido por María del Carmen Riesgo y estará abierto a personas de todas las edades, tras el éxito de la iniciativa celebrada el pasado verano, en la que numerosos vecinos pudieron aprender y perfeccionar el tradicional baile de ‘A por ellos’.
La festividad del Niño Jesús de la Bola se vive en Cuéllar con especial intensidad, siendo en la actualidad el único municipio de la provincia que conserva esta tradición con pleno arraigo. Esta singular celebración, profundamente integrada en la identidad cultural y religiosa de la villa, se mantiene viva gracias a la implicación de la cofradía y de los vecinos, que continúan transmitiéndola de generación en generación.
