Las ayudas de la Junta de Castilla y León para apoyar el mantenimiento de bares y centros de ocio en pequeños núcleos rurales ha beneficiado este año a 933 establecimientos frente a los 734 en 2024, que fue el primer año de aplicación. En 2025 la administración autonómica concedió ayudas por 2,8 millones de euros, 600.000 euros más que el ejercicio pasado, repartidos entre establecimientos ubicados en municipios de hasta 200 habitantes.
El balance es de 1.667 ayudas individuales de 3.000 euros, destinadas a facilitar el mantenimiento de bares y centros de ocio en pequeños núcleos rurales, permitiéndolos hacer frente a sus gastos corrientes, como suministros generales de agua, electricidad, gas y otros combustibles, así como servicios de internet…
En términos de alcance social, los establecimientos beneficiarios en la convocatoria de 2024 prestan servicio a una población de alrededor de 145.000 personas al año.. Por su parte, los bares y centros de ocio apoyados en la convocatoria de 2025 dan cobertura a unas 200.000 personas anuales, reflejo del mayor número de localidades y establecimientos beneficiados por esta línea de ayudas.
SIN LÍMITE DE POBLACIÓN EN 2026
La Junta espera, además, que la cantidad de establecimientos siga aumentando en sucesivas convocatorias, ya que en 2026 no se establecerá ningún límite de población, permitiendo acceder a la ayuda a cualquier municipio o pedanía de Castilla y León que solo cuente con un bar o establecimiento similar.
Con motivo de la visita del consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, al bar La Plaza de la localidad segoviana de Martín Muñoz de las Posadas, el Ejecutivo autonómico puso en valor una iniciativa que se ha consolidado en tan solo dos convocatorias, que permite hacer frente al reto demográfico, fortalecer la cohesión social y contribuir a la actividad económica en el medio rural.
González Gago destacó que esta política pública parte de una realidad muy clara del medio rural, ya que en muchos pueblos, el bar es el principal punto de encuentro y convivencia”. En este sentido, precisó que sostienen la vida social cotidiana, ayudan a combatir la soledad y refuerzan los vínculos vecinales, “algo imprescindible” para la calidad de vida en los pequeños municipios.
Además, valoró el carácter asistencial de estos espacios, al destacar que en el medio rural, el bar cumple una función que va más allá del ocio al apuntar que es “un lugar donde se detectan situaciones de vulnerabilidad, aislamiento o problemas de salud, y donde se cuida de las personas desde la cercanía”.
