El Gobierno que lidera el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, consiguió ayer superar una moción de censura, la quinta que afronta en esta legislatura, con 131 votos por la continuidad del Ejecutivo y 87 por el cese.
El mandatario se enfrentaba a una quinta petición de que abandone el poder tras dos años en el Ejecutivo. Ayer fue el turno del grupo parlamentario Los Verdes, que solicitaban la dimisión de un Gobierno que consideran está «desacreditado, a plazo, de pies atados y que empobrece a los portugueses», en palabras del diputado del partido que hizo la demanda, José Luis Ferreira, que cerró el debate parlamentario.
La moción de censura contó con el respaldo de todos los partidos de la izquierda lusa, Partido Socialista, Partido Comunista y Bloco de Esquerda -los tres ya han presentado sus propias mociones antes-. En total, 87 diputados votaron a favor de la dimisión del Ejecutivo. Sin embargo, los 131 votos en contra, pertenecientes a los dos grupos que forman la coalición del poder, socialdemócratas y democristianos, sirvieron para tumbar la iniciativa.
«Una moción de censura fracasada se transforma en una moción de confianza», afirmó el ministro de Exteriores, Paulo Portas, en el cierre del debate. Hay que recordar que la dimisión de Portas, líder de los democristianos, está en el origen de la crisis política que ha desembocado, entre otras cosas, en la presentación de ésta.
«Éste es un Gobierno que no resuelve el desempleo, la deuda pública, el déficit y los problemas de nuestra economía», afirmó el diputado ecologista Ferreira, antes de explicar las razones por las que censuran al Ejecutivo: «Ha hecho una ofensiva a los derechos de los ciudadanos y ha agravado las desigualdades sociales».
Mientras en el Parlamento se debatía y votaba la censura, fuera, los tres principales partidos, socialdemócratas, democristianos y socialistas, seguían negociando las bases del «compromiso de salvación nacional», un acuerdo exigido por el presidente, Aníbal Cavaco Silva, para resolver la crisis política y garantizar «la gobernabilidad de Portugal a medio plazo».
De momento no hay conclusiones -el plazo es hasta el domingo- ni se sabe si el Partido Socialista aprobará algún tipo de acuerdo que en la práctica podría traducirse en una Reforma del Estado con cortes en áreas sociales de 4.700 millones de euros.
En el Parlamento, Pedro Passos Coelho exigía al líder de la oposición, Antonio José Seguro, que asuma «la responsabilidad política del partido», acepte el compromiso y no siga haciéndose ilusiones con la «fantasía de que el Norte de Europa pagará para siempre las deudas» de Portugal.
