La tradición de la cesta de Navidad, como sucede con muchas tradiciones, puede ser anterior al nacimiento de Jesús, que es lo que celebramos cada diciembre. En este sentido, estaría directamente relacionada con una costumbre romana que se practicaba durante las Saturnales, una festividad que también se celebraba en diciembre.
Durante estas fiestas un hombre que tenía a cargo varias familias, que estaban bajo su protección y trabajaban para él, entregaba a cada una una canasta con comida como regalo. Esta tradición recibía el nombre de sportula. No sería el único posible origen de la cesta de Navidad, pero sí el más antiguo.
La cesta de Navidad en España
En España, la costumbre de que las empresas regalen cestas navideñas existe desde finales del siglo XIX, aunque entonces solo lo hacían administraciones y organismos estatales. No fue sino hasta los años 50 del siglo pasado que comenzó a practicarse en empresas públicas y privadas, convirtiéndose en una tradición más de Navidad.
Las cestas navideñas actuales traen dulces navideños, embutidos, patés, mermeladas artesanales, quesos, bebidas alcohólicas, etc. La riqueza y variedad de una cesta a menudo está directamente relacionada con la prosperidad de la empresa y con el cargo o la antigüedad del empleado a quien va dirigida.
Y aunque muchas empresas prefieren reemplazar esta tradición por vales o bonos en efectivo, a muchos trabajadores les emociona más una buena cesta navideña. Así lo declaró para La Linterna de Madrid, de la cadena COPE, una trabajadora del sector de alimentación, de nombre Almudena, que se refiere a la canasta como un acontecimiento:
“Es una cesta impresionante, a mí me encanta. Y no solo que nos la regala, es que nos la manda a casa”. Y agrega: “Cuando llega a casa, es una fiesta. Nos ponemos a abrir la caja, sacamos de todo: una barra de chorizo, una barra de salchichón, una pieza de queso, turrones, mantecados, vino, champán, bombones… Nos prepara para las navidades”.
Las cestas y la inflación
En el programa, el periodista Gonzalo Zaballa tocó un aspecto que suele ser tema de discusión en los días de Navidad: si la cesta navideña es un derecho adquirido por los trabajadores o un gesto de generosidad de los empresarios.
Para Zaballa, las empresas no están obligadas a entregar estas cestas, a menos que hayan quedado incluidas en convenios colectivos.
En general, para muchas empresas sigue siendo un gesto amable con sus trabajadores y parte de una tradición que, como muchas otras cosas, ha comenzado a verse afectada por la inflación.
De acuerdo con Zaballa, los productos ibéricos, que tradicionalmente son los protagonistas de estas cestas en España, sufrieron aumentos en sus precios de alrededor de un 3,5%, lo que está llevando a las empresas que comercializan cestas navideñas a tomar algunas medidas para no encarecerlas.
Ricardo Quintano es director general de Alonso Navidad, una empresa que desde hace más de medio siglo se especializa en la creación y distribución de lotes y cestas de Navidad, y explicó en el programa de Zaballa cómo están manejando el impacto causado por la inflación:
“Si el año pasado había un lomo ibérico de un kilo, este año es de medio. Si el año pasado iba un jamón, ahora hay alternativas de meter loncheados o una paleta ibérica”.
También explica que: “al haber subido tanto el precio, disminuye el número de esas unidades, pero se solventa con otros productos o reduciendo el tamaño de las piezas”.
Las cestas quizás ya no traigan tantos productos, pero la demanda se mantiene estable, o al menos esto aseguran las empresas que crean y distribuyen estas cestas, por lo que esta Navidad y las siguientes los trabajadores seguirán emocionándose con este regalo, que se ha convertido en una de las señales del inicio de las fiestas de fin de año.
