Trabajamos gran parte de nuestra vida y cotizamos en la Seguridad Social para pasar los últimos años gozando de paz y tranquilidad financiera gracias a las pensiones, disfrutando de nuestros hijos y nietos, si los tenemos, viajando y quizás practicando alguna afición o hobby. A esta imagen hay que agregar que vamos a tener todos los gastos de salud y vivienda cubiertos.
Es un escenario que cada vez se hace más difícil de concretar: las razones van desde una inflación que no se detiene, y que hace que el alcance de las pensiones sea más reducido, hasta el hecho de que hay menos trabajadores para sostener un sistema donde cada vez hay más jubilados, que además viven mucho más que antes.
Lo que dice un experto en pensiones
Datos recogidos por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento y por el Instituto Nacional de Estadística indican que 1 de cada 6 jubilados tiene problemas para llegar a fin de mes, es decir, para hacer las compras básicas y pagar servicios.
Esto se debe en gran medida a que su único ingreso fijo es la pensión, y a que esta es insuficiente para cubrir incluso el gasto cotidiano, y nos puede exponer a una situación más grave cuando se produce un gasto extraordinario.
¿Cómo evitar esta situación y volver a aproximarnos a la escena bucólica que describimos al principio? Manuel Álvarez tiene una respuesta para los menores de 30 años.
Álvarez es experto en pensiones, economista y fue asesor del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Durante el tiempo que asesoró al ministerio pudo observar de cerca cuáles eran los errores más comunes que cometen las personas en situación de retiro, y detectar también la solución.
El error más común es no comenzar a crear un fondo particular hasta después de los 40 años, o incluso más tarde.
La situación es mucho peor para quienes llegan a los 60 sin haber comenzado a crea un fondo independiente, y depender exclusivamente de la pensión de la Seguridad Social.
El escenario es más grave para los autónomos, pues “cotizan menos de lo que deberían y eso les pasa factura. Su pensión es un 40% más baja que la de los trabajadores asalariados”.
Lo que debemos hacer (si tenemos menos de 30)
La alternativa es, de acuerdo con este economista, comenzar a crear un fondo desde antes de los 30 años, de ser posible, desde el primer sueldo, como se acostumbra en otros países, donde tampoco se deposita toda la confianza en la pensión de la Seguridad Social.
Álvarez reconoce que esto no es tan fácil, y que son muchos los gastos que se enfrentan durante las primeras décadas, en vivienda, coche, la educación de los hijos, etc., pero no hay que perder de vista que en algún momento nos vamos a retirar.
También recomienda colocar este fondo en instituciones financieras con profesionales confiables, que gestionen nuestro dinero a través de diferentes instrumentos financieros donde las comisiones sean bajas y los beneficios compensen la pérdida de valor del dinero.
¿Cuándo debemos empezar? Álvarez tiene una frase para esto: “El mejor momento para empezar a ahorrar fue ayer, el segundo mejor momento, es hoy”.
Cosas que debemos ir haciendo antes de que nos sorprenda la jubilación
Si ya no tenemos 30 años, y estamos más cerca de los 60 que de aquella maravillosa edad, hay varias cosas que podemos hacer, o que ya deberíamos haber hecho, como calcular nuestra pensión de jubilación.
Si tenemos ahorros, otra cosa que podemos hacer es explorar con una empresa o entidad bancaria confiable qué productos financieros y a qué planes de inversión podemos acceder para obtener mayores beneficios y complementar así la pensión de retiro.
Y por último, retrasar la edad de jubilación (jubilación demorada), para incrementar la pensión (cada año completo la incrementa en un 4%), si todavía nos sentimos en buenas condiciones y queremos continuar activos.