A 47 km de Soria, y a orillas del río Navaleno, se encuentra un pueblo bonito y tranquilo que lleva el mismo nombre del río y pasa casi todo el año con una vida muy tranquila y pausada, como la de muchos pueblos similares de Castilla y León. Es un pueblo rodeado de montañas, a poco más de 1.100 metros sobre el nivel del mar, y con algo más de 700 habitantes.
La mayor parte del año este pueblo vive de la actividad maderera, pero a partir de noviembre los bosques de pino negral y de pino albar que se encuentran en la comarca de Pinares, a la que pertenece Navaleno, se convierten en objeto de otra actividad. Todo está más cerca de la magia y la gastronomía que de la industria forestal.
Cazadores de setas
Alrededor del día de Todos los Santos comienzan a llegar visitantes a Navaleno que no se pueden definir exactamente como turistas, pues vienen equipados con cestas, botas, ropa de campo y otros equipos para desplazarse de forma segura por los distintos senderos de los bosques de la región.
No siempre turistas y visitantes van a admirar ninguno de los atractivos del pueblo, aunque es una parada obligatoria si van en busca de setas, que es exactamente lo que todos estos visitantes persiguen. En Navaleno hay un Centro Micológico, fundado en 2007, y guías y expertos que pueden facilitar nuestra búsqueda.
A principios de invierno, Navaleno se convierte en uno de los puntos más visitados en Soria y en una importante fuente de ingresos para los habitantes del pueblo y su red de servicios: tiendas, restaurantes y alojamientos en casas rurales.
Naturalmente, la gastronomía aprovecha las diferentes setas como ingredientes principales de los platos locales, y se producen muchos reencuentros, pues la comunidad micológica suele regresar cada año para aventurarse en los bosques cercanos.
En el pueblo los especialistas gastronómicos, investigadores universitarios y cazadores y degustadores de setas van a encontrar un centro de información, una exposición permanente de las setas de la región, guías y expertos, setas para comprar y restaurantes para degustarlas.
Las setas que podemos encontrar en los bosques de Navaleno
En los pinares encontraremos sobre todo el mízcalo, níscalo o rebollón, con un nombre científico que invita a comerlo (Lactarius deliciosus), pero también setas de los caballeros (Tricholoma ecuestre) y negrilla (Tricholoma terreum).
También es posible encontrar hongo blanco (Boletus edulis), y hongo rojo (Boletus pinophilus), ambas setas consideradas culinariamente excelentes.
Impacto de esta “cacería”
Esta temporada de cazadores de setas se viene repitiendo desde hace varias décadas y se ha vuelto parte importante de la economía del pueblo.
La recolección de setas se hace sin demasiadas regulaciones, y aunque los bosques se llenan de visitantes, hasta ahora no hay nada que lamentar.
Los bosques de Soria reúnen condiciones excelentes para propiciar la aparición de gran cantidad de setas en invierno: humedad constante, temperaturas moderadas y especies arbóreas que favorecen diferentes especies de hongos.
Visitantes y guías locales comparten rutas y secretos, o compiten amistosamente para llegar a los mejores lugares en los bosques para recolectar hongos.
Y es probable que esta misma fiebre micológica favorezca el esparcimiento de esporas y la colonización de nuevas áreas para el crecimiento de las setas.
Si vamos a probar en esta actividad, no podemos dejar de visitar el Centro Micológico de Navaleno, donde podremos conocer las diferentes especies que se encuentran en los bosques cercanos y saber cómo identificarlas cuando salgamos a buscarlas. Se trata además de una excelente excusa para estar en contacto directo con la naturaleza.
