Se lo voy a contar por lo corto. San Juan de la Cruz – en la pila bautismal Juan de Yepes y Álvarez, nacido en 1542 en Fontiveros (Ávila), falleció en Úbeda (Jaén), en el año 1591. Su canonización, siendo Papa Benedicto III, tiene efecto de 1726, y no fue proclamado Doctor de la Iglesia hasta 1926, llevándose a efecto durante el papado de Pio XII.
Escrito lo cual, pregunto ¿Qué fecha es la elegida para organizar los actos –rito católico-, en su recuerdo que ya se suman por centenarios? Si continúa leyendo se lo cuento y no tiene que ‘andar buscando’. Pues el de su canonización, que es cuando se declara santa a una persona fallecida a través del rito establecido para ello ¿Por qué? Pues porque hasta ese momento hay mucho ‘papeleo’ que tramitar. Tanto, que se sucedieron, uno a uno, 135 años para su reconocimiento.
Para completar el calendario cuento, digo y manifiesto que hasta el 24 de agosto de 1926 no fue proclamado Doctor de la Santa Iglesia. ¡325 años después de su muerte! Más tarde, ya finalizando el siglo XX, año 1993, Juan Pablo II, a través de un Breve de su Secretaria Apostólica, le designa ‘Patrono de los Poetas de Lengua Española’. Y se acabó el papel… hasta ahora. Y es que tenía la ‘obligación’ de escribir lo anterior para enlazarlo con lo siguiente.
Segundo centenario
Encontré días pasados una información del año 1926, mes de octubre, cuando en Segovia se celebró el segundo centenario de la Canonización de San Juan de la Cruz (1). Fue una fiesta para recordar. Bien organizada y con la presencia de mucho personal. El traslado de los restos del santo en su Urna hasta la Catedral se llevó a efecto a hombros de religiosos y escoltado el cortejo por soldados de artillería. Al día siguiente se celebró una misa en la que participaron trece obispos con Monseñor Gandásegui de oficiante. Había sido obispo de Segovia y en ese momento ocupaba la silla arzobispal de Valladolid.
Después, y a lo largo de dos días, se desarrollaron brillantes fiestas, conferencias y actos religiosos en la ciudad, dando paso a su final con el traslado al convento del barrio de San Marcos de las reliquias de Juan de la Cruz. Antes de salir de la Catedral, el notario Rincón Lezcano, dio fe del cierre y soldadura de la urna. Esta fue llevada a hombros por diferentes equipos de personas que se turnaban hasta el Convento, donde llegaron ya de noche.
Concretamente ahora, se cumple el tercer centenario de la canonización de Juan de la Cruz y vengo a recordar el cuándo y el cómo se llevó a efecto el nuevo sepulcro ubicado en la capilla del convento carmelita. Siendo impulsor del mismo el entonces obispo, el vallisoletano Manuel de Castro Alonso. Que habiendo ejercido el mismo ministerio en Jaca, permaneció, hasta su fallecimiento, en la silla arzobispal de Burgos.
Prosigo. Con la finalidad de conmemorar el ya referido bicentenario, los carmelitas proponen la construcción de un nuevo sepulcro, el obispo apoya la idea y los cristianos de la ciudad la secundan. Ya que sin sus aportaciones económicas no habría llegado a término.
A los efectos, se gestiona el proyecto con los Talleres de Arte ‘Granda (2)’, con ubicación en Madrid. Se pretendía para la capilla del Santo, construida en 1691, retablo, mosaicos, tabernáculo y sarcófago (con una medida de 4,50 mt, sobre el altar). En el proyecto trabajan José Capuz, Julio Vicent y Juan Adsuara. A los efectos de recordatorio, hay que dejar constancia que hasta su beatificación en 1675, los restos de su cuerpo estuvieron depositados en el suelo de la capilla.
Sus restos ahora
Tras el trabajo realizado, el once de diciembre de 1927, se depositaron los restos que desde Úbeda, se habían trasladado a Segovia. Ahora bien, fue en el año 1992 cuando tuvo lugar un proceso de consolidación de los restos (3). Una vez realizado el proceso, estos fueron depositados en una nueva arca de madera de enebro y en el mismo mausoleo de Granda.
En relación con lo anterior y una vez concluido el trabajo, se dejó constancia de que ‘los restos que de San Juan de la Cruz se guardan en Segovia son, esqueleto de la cabeza, el cuello, las clavículas, el esternón, tres costillas, la escápula izquierda, la parte inferior del tronco momificada, abdomen, vértebras lumbares, pelvis y muslos’. A modo de valoración final de los restos los investigadores dejaron constancia sobre la altura del Santo: ‘un metro y sesenta centímetros’.
En el año 1982 visitó la capilla/sepulcro del Santo carmelita el Papa Juan Pablo II.
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- Fue el Santo abulense prior del convento carmelita de La Alameda, y un trabajador más cuando necesario fue hacer grandes reformas en el convento, que habían ocupado entre 1207 y 1566 los Monjes Trinitarios, a los que compraron el ‘complejo’ por 400 ducados. En 1589, Fray Juan de la Cruz compró al Cabildo la parte superior del Convento conocida como ‘Las Peñas’.
- Félix Granda y Buylla, sacerdote y orfebre asturiano. Desarrolló un gran trabajo para la iglesia, alcanzando por ello justa fama, creando su propio y ensalzado taller.
- ‘Revista de Espiritualidad’, nº 78. Año 2019. ‘En ese trabajo participó Nazareno Gabrielli, químico y Director de los Museos Vaticanos. El cuerpo fue sometido a un proceso de desinfección, desinsectación, hidratación y consolidación’. (Libro: Relaciones sobre el tratamiento conservativo realizado sobre su cuerpo’. Roma, Carmelitas Descalzos, 1993).
