El Gobierno ha dado un paso que llevaba tiempo sobre la mesa, y es que a partir de ahora, las máquinas de vending instaladas en hospitales y residencias deberán incluir, como mínimo, un 80% de productos saludables; lo que significa, básicamente, que aquellas máquinas de vending llenas de bollería industrial, refrescos azucarados o snacks altamente procesados van a pasar a la historia en los centros sanitarios, donde precisamente la alimentación debería jugar siempre a favor de la salud.
Esta obligación formará parte del nuevo Real Decreto sobre alimentación saludable en hospitales y centros sociosanitarios, una norma que cambiará por completo lo que encontramos en las máquinas de vending de hospitales, centros de salud y residencias, tanto públicas como privadas, y es que si estamos hablando de espacios donde se cuida la salud, lo lógico es que su oferta alimentaria vaya en esa misma dirección.
Qué cambiará exactamente en las máquinas de vending
La norma establece que al menos el 80% de todo lo que ofrezcan las máquinas de vending deberá pertenecer a un listado de alimentos saludables elaborado por el Ministerio de Consumo, lo que incluye agua, leche, fruta fresca, frutos secos sin freír y bajos en sal, zumos sin azúcares añadidos, panes y sándwiches integrales o yogures sin azúcar. Una oferta que, todo sea dicho, dista bastante de lo que solemos encontrar hoy en día en las máquinas de vending, especialmente en hospitales, donde el contraste entre el entorno sanitario y la comida disponible siempre ha generado gran debate.
Para el 20% restante sí podrá haber productos menos saludables, pero incluso aquí se imponen límites, ya que los ultraprocesados no podrán colocarse en la zona central ni en las franjas de mayor visibilidad de las máquinas de vending, es decir, seguirán existiendo, pero ya no serán lo primero que veamos cuando nos acercamos con hambre o en un momento de espera.
Otro cambio importante afecta a las bebidas calientes, de tal forma que gracias a esta nueva normativa se obliga a que, en las máquinas de vending, se sirvan sin azúcar por defecto, pudiendo el usuario añadir como máximo 5 gramos.
Por qué el Gobierno quiere regular el vending en hospitales
La medida no surge de la nada, ya que tanto organismos internacionales como la OMS o UNICEF llevan años alertando sobre el creciente consumo de ultraprocesados, especialmente en países occidentales, y en concreto en España, esta ingesta se ha triplicado en dos décadas, pasando del 11% al 32% de la dieta, según un reciente análisis publicado en The Lancet.
Si sumamos este dato al hecho de que muchas familias pasan largas horas en hospitales y que la única opción rápida suele ser una máquina de vending, el problema se entiende solo. A esto se suma la presión de profesionales sanitarios y asociaciones de pacientes, que llevan tiempo reclamando entornos alimentarios más coherentes con el mensaje de salud que se transmite desde los centros médicos.
Más agua, menos azúcar y un modelo que podría extenderse
La futura regulación no solo afecta a las máquinas de vending, sino que también obligará a instalar fuentes de agua potable, bien señalizadas y de uso gratuito, reforzando la idea de que el acceso a bebidas saludables debe ser la norma. Además, la eliminación de ultraprocesados se extenderá también a los menús ofrecidos a niños y adolescentes ingresados, así como a las secciones infantiles de cafeterías y comedores de estos centros.
Un punto interesante es que esta nueva normativa funcionará como referencia para el resto de máquinas de vending del país, es decir, aunque la norma afecte solo a centros sanitarios y sociosanitarios, podría convertirse en un estándar al que se sumen otros sectores como universidades, estaciones o centros deportivos, ya que no sería la primera vez que un cambio sanitario impulsa modificaciones en el sector del vending a gran escala.
