“Cuando todos dicen: no puedes. Yo lo intento el triple de veces. No dejo de luchar y sé lo que es llorar. Las lágrimas que me hacen más fuerte. Cada mañana, cada comienzo, nace una oportunidad, para buscar, para encontrar, algo de felicidad, …”
Preciosa historia que nos cuentan en esta letra, en un momento en el que la palabra inclusión está de moda. Desde mi modesta opinión y experiencia, este objetivo marcado por las “mentes pensantes” que nos dirigen, dista mucho de lograrse salvo que realmente se quiera hacer y se dote de los recursos y medios necesarios para poder trabajarlo.
En nuestra ciudad son mínimos los recursos, tanto económicos como de infraestructuras que se destinan para que, cualquier persona que tenga alguna dificultad, pueda realizar o incluso acceder a unas instalaciones o a la práctica deportiva en buenas condiciones. Además de todas estas barreras, nosotros mismo no hacemos por dar visibilidad a estos logros o pequeños pasos que van pudiendo dar. Lo intentaremos.
Por otro lado, me encanta el ambiente que se respira en las instalaciones deportivas, en las competiciones de los más peques, aunque aún me chirria algún progenitor que pierde los papeles y que no se da cuenta de que con su comportamiento lo que hace es dar muy mal ejemplo a sus hijos y que por mucho que grite, se altere e incluso insulte, su hijo no va a ir a hacer las pruebas en un equipo de élite. Es mejor preocuparte de que disfrute, valore y respete al rival y que aprenda comportarse. Adquiriendo los valores que sus entrenadores y el deporte le van a dar para ser una gran persona.
Semper Fidelis.
