No venimos desde China ni de zonas orientales, todo lo que aquí traemos son cosas artesanales». El pregón pronunciado por la zancuda trovadora del grupo Sol Redó quiso subrayar desde el principio la calidad de los productos artesanales que los cerca de 80 puestos del II Mercado del Arrabal, que abrió ayer sus puertas para devolver al barrio de San Lorenzo durante el fin de semana el aspecto y el tono vital que pudo haber tenido hace cinco siglos.
Desde primeras horas de la mañana, los artesanos de la Asociación Amata comenzaron a distribuir sus puestos por la plaza y la calle del Puente de San Lorenzo con una alta temperatura que parecía presagiar la tormenta que descargó por la tarde.
El público comenzó también a darse cita en el popular barrio segoviano para pasear por la magnífica ambientación del Mercado del Arrabal, que introdujo a los vecinos y visitantes en un «túnel del tiempo» dirigido a la época medieval.
La Asociación de Vecinos de San Lorenzo ha confiado por segundo año consecutivo en la Asociación de Artesanos Amata para poner a punto esta iniciativa, que ofrece a los segovianos la posibilidad de pasar unas horas en un singular centro comercial en el que no falta ni un detalle.
En los puestos, los artesanos ofrecen un completo muestrario de sus habilidades en plata, esmalte, cuero, madera, estaño, pintura en tela, bordado, juguetes de madera y títeres, papel reciclado o en otros materiales menos habituales como el alambre.
El mercado ofrece también la posibilidad de hacer un pequeño alto en el camino para degustar productos artesanales como pizzas, bebidas frescas o alimentos más contundentes como la morcilla, el chorizo, la chistorra o un espectacular asado de cerdo al espeto que sorprendió a propios y extraños.
Para los niños, un carrusel propulsado por un abnegado ciclista, los ponis y una selección de juegos infantiles en madera hicieron mas amena la jornada tanto para ellos como para sus padres.
Al mediodía, los nobles que custodian el buen funcionamiento del mercado abrieron el cortejo musical que dio paso al pregón, presenciado por el alcalde Pedro Arahuetes, en el que invitaron a los segovianos a asistir a esta feria reivindicando la labor del artesano señalando que «las manos que trabajan se merecen un respeto».
Esta faceta reivindicativa es uno de los ejes de actuación de la Asociación Amata, experta en este tipo de eventos en los que defienden la «dignidad» de los mercados temáticos. En este sentido, la organización asegura que estas iniciativas deben plantearse como «escaparates de la artesanía auténtica, porque no es suficiente decorar las calles con puestos y ofrecer un buen programa de animación, y en nuestros mercados no entran puestos con productos de importación en bazar sino elaborados con nuestras propias manos».
