Como un buen número de seres humanos que viven sus días pegados a un teléfono móvil, tengo una aplicación que me va avisando de los más variados resultados deportivos. Y de vez en cuando en mi móvil vibran las notificaciones de lo que van haciendo mis equipos de fútbol ‘favoritos’, ya sea en forma de goles a favor o en contra, o expulsiones. Lo normal en estos casos.
Pero de vez en cuando mi móvil me avisa y me deja sorprendido. ¿Por qué vibra si no juega la Segoviana, ni el Atleti ni la Selección Española? Así que abro la aplicación, y la respuesta siempre me hace recuperar la memoria: Tengo de favorito al Real Unión de Irún. Y lo tengo de favorito desde el día en el equipo vasco anunciara el fichaje de Ramsés como nuevo técnico. No sólo porque me interese saber cómo va desarrollando su tarea uno de los entrenadores segovianos que (creo) van a llegar más lejos en este indescifrable mundo del fútbol, sino porque a las personas a la que aprecio de verdad no les suelo perder la pista.
Por si les interesa, les puedo decir que el Real Unión es actualmente séptimo clasificado en el grupo II de la Segunda RFEF, recuperando posiciones después de unas jornadas de empates, sobre todo en casa. Y que Ramsés no ha cambiado ni un poquito su forma de ser en el banquillo. Faltaría más.
Conozco a Ramsés desde que, hace un montón de años, Carlos Fuentetaja le bautizó como ‘el Faraón del carril’, y siempre me pareció una de esas personas que merece la pena tener cerca. Su forma de ser, y el cariño y el respeto con el que trata a mi familia, y al ‘sherif’ como él le llama, me ganaron desde el principio. Y ustedes no se acordarán, pero en la celebración del primer ascenso de la Segoviana a la Segunda División B, apareció en el balcón del Ayuntamiento con una camiseta del Komando Mariano.
Y eso sí que no se olvida.
