Regalar a los abuelos siempre es un gesto cargado de afecto, pero también una oportunidad para ofrecerles algo útil, estimulante y que contribuya a su bienestar cotidiano.
Un primer bloque de regalos especialmente valiosos es el de la tecnología de acompañamiento. Cada vez más familias recurren a dispositivos diseñados para mantener el contacto de una forma sencilla e intuitiva. Las tabletas adaptadas, con iconos grandes y pantallas de alta luminosidad, permiten realizar videollamadas sin complicación, ver fotografías familiares o acceder a lecturas digitales. Ya están en el mercado robots inteligentes, que pueden convertirse en compañeros cotidianos: responden preguntas, ponen música, recuerdan medicamentos y permiten hacer llamadas con órdenes de voz. Son herramientas que, bien configuradas, aportan compañía, seguridad y refuerzan la conexión con hijos y nietos.
Otra opción son los dispositivos de monitorización suave, pensados no para vigilar, sino para ofrecer tranquilidad: relojes con alertas de actividad o pulseras que registran pasos y calidad del sueño. Estos aparatos fomentan rutinas saludables y ayudan a que los mayores se mantengan activos sin sentirse controlados. Más allá de la tecnología, los juegos de estimulación cognitiva se están consolidando como un regalo tan entretenido como beneficioso. Los clásicos pasatiempos —rompecabezas, crucigramas, sudokus— conviven con nuevos juegos específicos para trabajar memoria, cálculo y atención. Existen cuadernos de ejercicios diseñados por neuropsicólogos, juegos de cartas que entrenan la agilidad mental o aplicaciones en el móvil con programas de entrenamiento diario. Son regalos que no solo entretienen, sino que contribuyen a mantener la mente activa y prevenir el deterioro cognitivo.
Los regalos que fomentan el bienestar emocional también son muy apreciados. Un álbum de fotos personalizado, con fechas y anécdotas, puede convertirse en un viaje íntimo por los recuerdos familiares. También funcionan muy bien las mantas térmicas, cojines de masaje o lámparas de luz cálida, ideales para crear espacios de descanso en casa.
Aunque ya se sabe, que el mejor regalo es el cariño y la cercanía de la familia, de los seres queridos, y eso cuesta poco dinero, pero vale mucho.
