El tercer fin de semana del ciclo se inauguró el jueves 20 con una experiencia que conquistó a todos los asistentes: una cata de cuatro vinos de Pago Finca Río Negro, acompañados de delicados bocados en maridaje, en el acogedor espacio de El Diablo Cojuelo, dirigido por el segoviano Raúl Calvo Tejedor.
En un ambiente relajado y cercano, la velada se convirtió en una celebración de la tierra y de quienes la trabajan con pasión. Una cita que demuestra que la cultura del vino es también cultura de comunidad porque El Diablo Cojuelo no es una taberna cualquiera, es un espacio con alma segoviana.
Un concepto que supera la idea de la enoteca tradicional y convierte cada producto en un relato cultural.
Los protagonistas fueron sin duda los vinos de Pago Finca Río Negro.
A tan solo 89 kilómetros de Segovia, junto al Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara, se encuentra la finca familiar que da vida a estos vinos singulares. Su altitud —cercana a los 1.000 metros— y su aislamiento de cualquier Denominación de Origen confieren a sus viñedos un carácter único, reconocido con la categoría de Vino de Pago, la máxima distinción en España.
Durante la cata, los asistentes pudieron recorrer la esencia de la finca a través de cuatro propuestas:
Gewürztraminer: la variedad reina de Alsacia que se adapta con elegancia al clima de montaña de la Sierra de Ayllón.
992 FRN: bautizado con la altitud de la parcela, refleja la personalidad de un viñedo que desafía condiciones extremas.
Finca Río Negro: el alma de la bodega, un ensamblaje perfecto de tempranillo, syrah, cabernet sauvignon y merlot.
Cerro del Lobo: la expresión más intensa de la syrah, nacida en una ladera escarpada delimitada por arroyos.
Este evento fue, una vez más, reflejo del compromiso que la Fundación Caja Rural de Segovia tiene con la cultura y las empresas locales. El Otoño Enológico no solo acerca grandes vinos al público, sino que también reivindica la importancia de valorar lo nuestro: los productos de calidad, la tradición y la identidad segoviana.
La noche del jueves 20 terminó con sabores palaciegos y vinos atlánticos en el restaurante Reina XIV de La Granja.
La XVI edición del Otoño Enológico de la Fundación Caja Rural de Segovia sigue dejando huella en la provincia, con una velada que combinó Historia, recetas palaciegas y música en directo, en el Restaurante Reina XIV.
El jueves 20 a las 20:30 h. los asistentes disfrutaron de una experiencia sensorial de alto nivel en el Restaurante Reina XIV de la Granja, que rindió homenaje a la cocina palaciega reinterpretada con toques contemporáneos y vinos atlánticos.
Borja Aldea, el chef segoviano formado en cocinas de referencia como DiverXO y conocido por su paso por Top Chef, lidera un proyecto gastronómico de gran ambición en el restaurante Reina XIV. Su propuesta combina técnica vanguardista con raíces segovianas, ofreciendo una experiencia culinaria que busca situar de nuevo a Segovia en el mapa de la alta cocina internacional.
Con una cocina creativa, valiente y profundamente ligada al territorio, Borja aspira a recuperar la prestigiosa estrella Michelin para Segovia, construyendo en Reina XIV un proyecto que trasciende la cocina: es la reivindicación de Segovia como destino gastronómico de primer nivel, que une raíces locales, innovación y proyección internacional.
La excelencia quedó sin duda reflejada en un menú que parecía sacado de los antiguos salones reales, maridado con una selección de vinos de las denominaciones de origen más emblemáticas de Galicia, guiada por Pedro Villamarín González.
Una sorprendente sinfonía de sabores que empezó con una Tosta de pollo escabechado con salsa agridulce, acompañada por A Neta Manuela (D.O. Ribeiro), un blanco fresco elaborado con Treixadura, Godello, Torrontés y Palomino.
A continuación, un Tartar de cigala con gazpachuelo e hinojo, maridado con Cova do Lebre (D.O. Ribeiro), afrutado e intenso, nacido en viñedos de más de 50 años.
El Bacalao a baja temperatura con caldo dashi y torreznos, fue degustado con A Leira do Pontes Edición Limitada (D.O. Rías Baixas), un Albariño de O Rosal con crianza en barrica.
La Albóndiga de jabalí con puré de apio nabo y salsa breton, fue increíblemente realzada por A Moucha (D.O. Ribeira Sacra), un tinto equilibrado y lleno de carácter.
Y para cerrar con dulzura, un Escabeche de moras y hierbabuena con helado de vainilla, acompañado por una exquisita cata de Oportos de Bodegas Porto Dos Santos.
La atmósfera palaciega llenó la sala gracias a la música en directo de Aritmetrie Duet (Daniele La Torre y José Miguel de la Fuente), que envolvió la sala en armonía y elegancia.
Más allá del deleite gastronómico, el evento volvió a poner en valor el compromiso de la Fundación Caja Rural de Segovia con la cultura del vino, la hostelería local y la riqueza culinaria de la provincia.