Con el mismo ánimo con el que el pregonero de Veganzones, Segundo San Esteban, recorría hace años las calles del pueblo invitando a los vecinos a dejar las tareas propias para implicarse en una acción común, ayer Anastasio Gil (Veganzones, 1946) pidió en su pregón de la Semana Santa de Segovia que la contemplación de los pasos lleve a los espectadores al encuentro con Cristo.
Gil, director nacional de Obras Misionales Pontificias, quiso en su pregón trazar un paralelismo entre los pregoneros y los misioneros, pues estos últimos no hacen sino pregonar, tras descubrir en su interior la necesidad de dar noticia de Cristo. El sacerdote recordó que de los 14.000 misioneros españoles, “pregoneros del Evangelio”, 158 son segovianos. Varios salieron a relucir ayer, pues Gil recurrió a unos cuantos de ellos, cuando asumió el encargo de ejercer de pregonero, para que le contaran sus vivencias de la Semana Santa.
Por ello, en su discurso fueron apareciendo testimonios de misioneros segovianos como el de la jesuitina Fuencisla Sanz, residente en Bolivia; Celestino Gutiérrez, en Florida; Antonia Garrido, en Camerún; o Juan Bayona, en Cuba.
Sobre las manifestaciones que tienen lugar en Segovia durante la Semana Santa, Gil insistió en que “no son una simple representación cultural”, sino que se trata de “la expresión de la religiosidad de un pueblo creyente”. No obstante, alertó sobre el riesgo de que los desfiles procesionales se conviertan en un espectáculo, “promovido por argumentos consumistas, al amparo de expresiones como ‘las fiestas de primavera’, ‘las vacaciones entre trimestres’ o unos puntos de apoyo para puentes o vacaciones”.
Gil animó al público que escuchó su pregón en la Catedral de Segovia a que, antes de contemplar los pasos, cada uno hiciera “silencio en el corazón” para, de esta forma, poder escuchar mejor el mensaje de amor de cada imagen. “En este clima de silencio, el testimonio de los misioneros es una buena atalaya para contemplar el rostro de Cristo en los más empobrecidos y débiles”, agregó.
Seguidamente, el responsable de los misioneros españoles explicó los valores que transmiten las tallas que desfilan en la Semana Santa de Segovia, para finalmente volver a hablar de los “pregoneros del Evangelio”, y no solamente los nacionales. En ese sentido, quiso dar gracias a Dios “por la fidelidad de tantos sacerdotes que sirven a nuestras comunidades y porque cada año nuestro presbiterio se enriquece con la incorporación de nuevos hermanos que, procedentes de otros países, visibilizan la cooperación entre las iglesias”. “No son extranjeros, sino expresión de la actividad misionera de la Iglesia”, añadió, para finalizar deseando “que la paz que nos ofrece Jesús desde la Cruz penetre en el corazón y nos transforme”.
