Castilla y León registró en 2024 un crecimiento vegetativo negativo de 16.027 personas, lo que la sitúa como la segunda autonomía con peor comportamiento, solo por detrás de Galicia, que contabilizó 19.399 muertes más que nacimientos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su estudio sobre ‘Movimiento Natural de Población. Indicadores Demográficos Básicos’.
En cuanto a los nacimientos, la Comunidad anotó un aumento del 0,4 por ciento, al pasar de los 12.496 registrados en 2023 a los 12.541 en 2024. Un incremento que contrasta con la caída a nivel nacional del 0,8 por ciento, hasta los 320.656.
El número de alumbramientos continúa así con la tendencia a la baja de la última década en el conjunto del país. Desde el año 2014, el número de nacimientos se ha reducido en España un 25,6 por ciento. En Castilla y León el porcentaje llega al 29,8 por ciento. En cuanto a la nacionalidad, el 80,2 por ciento de las madres fueron españolas y el 19,8 por ciento, extranjeras.
La Comunidad es uno de los ocho territorios donde los nacimientos aumentaron en 2024, que estuvieron encabezados por Baleares (3,8 por ciento), La Rioja (2,5 por ciento), Navarra (1,6) y Cantabria (1,2). Por debajo del uno por ciento de aumento, se situaron Castilla-La Mancha y Madrid (0,9 por ciento, en cada caso) y Castilla y León y Valencia (0,4 por ciento).
Y respecto a las defunciones, también aumentaron en Castilla y León, que registró el cuarto mayor incremento del conjunto del Estado, al subir un 1,7 por ciento hasta las 28.568. El aumento, general en la mayor parte de las autonomías, fue más pronunciada solamente en Baleares (donde alcanzó un 4,2 por ciento), Navarra (3,3 por ciento) y La Rioja (2,2 por ciento). Las bajadas estuvieron lideradas por Murcia (-4 por ciento), Andalucía (-1,7 por ciento) y Canarias (-1,6 por ciento).
El número de defunciones está muy relacionado con la elevada edad de los castellanos y leoneses. El 27 por ciento de la población de la Comunidad tenía 65 años o más años en 2024, siete puntos más que la media nacional. Lo mismo ocurre entre los de 70 o mayores, 20 por ciento frente al 14,8 por ciento; los de 80 o más, 9,4 frente al seis por ciento; los de 90 o más, 2,5 frente al 1,3 por ciento.
Los datos de mortalidad sitúan a Castilla y León como la tercera autonomía con mayor tasa bruta, con 11,92 defunciones por cada mil habitantes, solo por debajo de los 12,95 de la autonomía asturiana, y los 12,08 de Galicia, lejos de los 8,87 de la media de España.
El informe constata que el indicador coyuntural de fecundidad de la Comunidad se situó en 1,07 hijos por mujeres en 2024, por debajo de la media nacional de 1,10.
Esperanza de vida más alta
La esperanza de vida al nacimiento en Castilla y León se sitúa entre las más elevadas del conjunto nacional, con una media de 84,6 años, al igual que Navarra y País Vasco. Ambas solo están superadas por Madrid (85,5). La media para el conjunto de las autonomías se sitúa en los 82,8 años.
Por provincias, los nacimientos descendieron un 4,9 por ciento en León (hasta los 1.999), un 4,2 por ciento en Soria (480) y un 0,8 por ciento en Salamanca (1.670). Por el contrario, aumentaron en el resto, con Palencia a la cabeza, un 4,6 por ciento (824), seguida de Ávila (2,6 por ciento, hasta 854), Valladolid (2,4 por ciento, hasta 3.048), Segovia (1,7 por ciento, hasta 935), Burgos (1,6 por ciento, hasta 2.031) y Zamora (0,9 por ciento, hasta 700).
En cuanto a las defunciones, bajaron un 2,7 por ciento en Segovia (1.616), un 2,3 por ciento en Burgos (3.974). Y aumentaron un 5,5 por ciento en Soria (1.148), 4,8 por ciento en Palencia (2.085), un cuatro por ciento en Salamanca (3.919), un 3,6 por ciento en Ávila y León (2.046 y 6.087, respectivamente).
