Cuando hablamos del acceso a la vivienda en España, no solo es algo económico, sino uno de los grandes retos de esta década, tal y como explica el economista Santiago Carbó. Pero este problema no afecta por igual a todos, ya que son las generaciones más jóvenes quienes, hoy por hoy, se encuentran prácticamente expulsadas del mercado de la vivienda, incapaces de competir con unos precios (tanto en la compra como en el alquiler) que no dejan de subir y con una oferta que simplemente no alcanza.
La situación es tan preocupante que, según Carbó, el acceso a la vivienda se ha convertido en algo así como en un embudo, ya que mucha demanda, pero muy poca oferta, a lo que hay que sumarle unos precios que suben mes a mes. Y lo hace, además, en un contexto en el que miles de jóvenes buscan independizarse o formar un proyecto propio y se encuentran con un mercado que no les permite avanzar, de tal forma que para ellos la vivienda no es solo cara; es, directamente, inaccesible.
Un mercado de vivienda descompensado: mucha demanda, poca oferta
Una de las cosas que actualmente está ocurriendo en el mercado de la vivienda es que hay un desequilibrio evidente, ya que mientras tres de cada diez españoles se encuentran buscando una casa, ya sea para comprar o para alquilar, solo el 7% de los propietarios tiene una vivienda disponible para este fin, ya sea porque no quieren sacarla al mercado o porque la destinan a otros usos, como el alquiler turístico. Esta descompensación ha generado que la tensión en los precios sea constante debido a ese desfase en la oferta y la demanda que se vive actualmente, una situación que los propios expertos han calificado de insostenible.
La agente inmobiliaria Reina Martínez comenta algo que ha visto ya cada vez más normalizado, y es que el comprador medio acaba aceptando una vivienda que para nada se ajusta a sus necesidades o a lo que tenía en mente, ya que no puede permitirse lo que realmente quiere y busca. Vamos, que las familias están pagando más por algo que les encaja mucho menos.
El problema de todo es que, tal y como dice Carbó, esto no se trata de un fenómeno pasajero. Y es que la falta de oferta hace que la presión se acumule año tras año, por lo que el acceso a la vivienda, dice, “se agrava, y sobre todo para las nuevas generaciones”.
Un mercado que marca récords… pero no para todos
Pese a este escenario tan complejo, septiembre dejó cifras que pueden parecer contradictorias, y es que la compraventa de vivienda registró su mejor dato en 18 años, con casi 64.000 operaciones firmadas, todo un récord histórico para un mes de septiembre, según los datos del INE. Sin embargo, este aumento no significa que acceder a una vivienda sea más fácil, sino que quienes sí tienen recursos están comprando más, especialmente en el mercado de segunda mano.
De hecho, la vivienda usada sigue siendo la protagonista absoluta, ya que representa más del 78% de todas las operaciones y ha logrado su mayor número de compraventas en un mes de septiembre desde que existen registros. La vivienda nueva también crece —más de un 10% interanual—, pero sigue representando una parte mucho menor del total.
Con todos estos datos en la mesa, podemos concluir que, si bien este mercado se está moviendo, no lo hace igual para todos, ya que los inmuebles están siendo adquiridos por familias ya asentadas o por inversores, colectivos ambos que cuentan con una estabilidad económica suficiente, mientras que los jóvenes con rentas medias o bajas se están quedando fuera de este fenómeno.
