“Estas semanas van a ser clave para saber si estamos para mirar a la octava plaza… o nos vamos a pasar el resto de la liga trabajando para dejar a tres equipos por detrás al final de la temporada”. Estas palabras pronunciadas por uno de los integrantes de la familia del Balonmano Nava, reflejaba el sentimiento que existía dentro del club en las jornadas previas al partido de Copa del Rey frente al OAR La Coruña, con el equipo sumido en no pocas dudas después de los resultados negativos y las sensaciones ofrecidas en la pista.
Diez días después, el Viveros Herol Nava ya sabe que tiene calidad, en sus filas como para poder aspirar a algo más que evitar el descenso y la promoción. Las victorias ante Rebi Cuenca y Bada Huesca, cada una mejor que la anterior, han colocado al equipo segoviano fuera de las posiciones más comprometidas de la tabla (ojo, que todavía no están lejos…) pero sobre todo con la sensación de que los resultados en la pista empiezan a reflejar el trabajo que se realiza en los entrenamientos.
Álvaro Senovilla, expresó tras la victoria ante el Bada Huesca una mezcla de alivio y satisfacción, “porque necesitábamos un triunfo así”, y destacó el enorme esfuerzo colectivo, especialmente en una semana marcada por los problemas físicos de varios jugadores, poniendo el énfasis en la solidez defensiva que desgastó a la primera línea del rival.
Menciones especiales
Hubo menciones especiales, por supuesto, ya que tanto Buda en la portería como Pablo Herranz en el pivote estuvieron más que bien en el partido, pero Senovilla no se olvidó de Nico Bonanno y Gonzalo Carró en la defensa por el centro, ni de Tahu Lufuanitu, “que lleva no sé cuántos partidos, jugando casi 60 minutos, y no para de correr y meter goles de contraataque”. Para el técnico, esa suma de esfuerzos permitió al equipo gestionar la ventaja desde el descanso, mantener la serenidad defensiva y encarar los últimos minutos con un 40-30 que les ofrecía una renta decisiva, porque la renta de goles a favor tiene su importancia en caso de empate a puntos en la clasificación.
Por su parte, el entrenador del Bada Huesca, José Francisco Nolasco, reconoció tras el encuentro la superioridad del Viveros Herol Nava y apuntó que “los niveles de intensidad han sido totalmente distintos en un lado y en otro”. Subrayó que su equipo cayó en la precipitación, intentando anotar demasiado rápido y sin elaborar, lo que derivó en numerosos balones fallados delante del portero y en una larga lista de pérdidas no forzadas. Para Nolasco, esos errores fueron la evidencia de que no habían entrado al partido con la actitud necesaria.
El técnico valoró la importancia de lograr una diferencia amplia de goles, determinante en caso de empate a puntos
El entrenador oscense admitió que sufrir 41 goles es síntoma inequívoco de que su defensa no funcionó y que el Nava supo castigar cada desajuste con contragolpes en primera, segunda e incluso tercera oleada. “Es muy complicado competir así”, afirmó, recordando que, pese a marcar 33 goles, la diferencia pudo ser incluso mayor por la cantidad de errores cometidos. Destacó también el papel de la afición del Guerrer@s Naver@s, que “siempre ayuda aquí”, y amplificó la confianza del equipo local, generado un contexto donde “cualquier cosa que se haga tiene un alto porcentaje de éxito” ante un Huesca falto de intensidad. “Ha sido un partido completísimo de Nava, partido incompletísimo nuestro”, resumió.
Nolasco señaló que su plantilla llegaba con la intención de dar continuidad al gran encuentro realizado la semana anterior, pero admitió que quizá pensaron que podrían ganar “haciendo la mitad”. Recordó que el Nava es “un equipo poderoso y potente”, que también arrastra lesiones y parches, pero que esta vez encontró soluciones que le funcionaron, a diferencia de su propio equipo.
