El Viveros Herol Nava ha salido oficialmente de la crisis. Tres victorias consecutivas, la primera en Copa del Rey, y las dos siguientes en la Liga Asobal han venido a cambiarle la cara al conjunto segoviano, que en la noche del viernes comenzó a mostrar a los aficionados buena parte del potencial que tiene, y que pasó por encima de un Bada Huesca menos intenso en defensa de lo que necesitaba, y por ello bastante falto de confianza en un ataque liderado por un Frank Cordiés demasiado solo en la toma de responsabilidades.

El Balonmano Nava que salió a la pista del Guerrer@s Naver@s poco tenía que ver con el de partidos precedentes, por más que los primeros compases del choque fueron un concurso de errores por parte de los dos conjuntos. Pero los movimientos de los jugadores, y los espacios que se generaban en la defensa del Bada Huesca, hacían ver que el partido podía ser un festival de goles a poco que los de casa estuvieran acertados.
Y el primero que acertó fue Pablo Herranz, que con unos minutos extraordinarios después de una primera exclusión evitable, marcando seis goles sin fallo, pusieron arriba en el marcador al Viveros Herol Nava, con el Bada Huesca sobreviviendo gracias al contragol que se veía favorecido por las dos exclusiones casi consecutivas que dejaron a los de casa cuatro minutos en inferioridad.
Buda y Pablo le dan la vuelta
Pero en cuanto Nava evitó las exclusiones, y con ello cerró la posibilidad del contragol, al Bada Huesca comenzó a cerrársele la portería local, porque Buda también mostró su acierto. Así, lo que en el minuto 10 apuntaba a partido más que igualado con el 6-7, en el quince aparecía con el equipo de casa liderando el electrónico (10-8), mostrando mucha versatilidad ofensiva.

El segundo tramo del primer tiempo fue un calvario para los visitantes, y un paseo para los naveros, porque después de que José Francisco Nolasco parase el partido buscando que sus hombres se centraran en la defensa, el Balonmano Nava se aprovechó de una sucesión de errores en ataque, con numerosas pérdidas de posesión que dieron a los jugadores locales la posibilidad de dispararse en el marcador.
La victoria navera se dibujó en los seis metros con un Pablo Herranz inmenso en el pivote, y se coloreó al contragolpe aprovechando la eficacia tanto de Tahu Lufuanitu como la de Edu Reig
Y así lo hicieron los de Álvaro Senovilla, machacando una y otra vez la portería defendida en un principio por Ben Tekaya, y en segunda instancia por Gabor Decsi, que con su actuación evitó que el Viveros Herol se marchase a los vestuarios con una ventaja mucho mayor. Porque la renta llegó a ser de seis goles (19-13) para acabar siendo de cuatro (19-15) porque el guardameta oscense hizo bien su trabajo, y los hermanos Cordiés más Parera en el pivote lograron frenar la sangría.
Aprovechando la inercia de las últimas jugadas de la primera parte, el Bada Huesca quiso apretarle las clavijas al Balonmano Nava tras el descanso, y no estuvo demasiado lejos con un 20-17 que, si bien no disparaba las alarmas, sí ponía en evidencia que los de casa tenían que apretar si querían mantener su ventaja.
Huesca no aprieta
La segunda exclusión para Samuel Cordiés vino a facilitarle un poco las cosas al conjunto segoviano, que hizo muchas cosas bien en el partido, pero con mención especial al aprovechamiento de las superioridades. Porque cada error del Bada Huesca en la ofensiva (y no fueron pocos) fue castigado sin compasión por un conjunto local que tuvo a Lufuanitu como estilete por más que Decsi le adivinara algunos lanzamientos. Pero el portero húngaro no podía bastante solo ante un ataque y contragolpe navero que una o otra vez dejaba a alguno de sus integrantes con ventaja para lanzar desde los seis metros. En esta ocasión no hizo falta el lanzamiento exterior, porque la línea del área oscense fue visitada de manera constante por los locales ante la desesperación de un José Francisco Nolasco que no sabía cómo meter más tensión defensiva a sus jugadores.

Aunque la ventaja en el minuto 40 no era decisiva (26-22) sí daba la impresión de que el encuentro se había ‘estabilizado’ con el Balonmano Nava jugando al intercambio de goles, esperando que un nuevo bajón de su oponente le diera la opción de estirar su ventaja. Y ese bajón no tardó en llegar, y el parcial de 4-1 elevó la renta a siete tantos, dejando el partido casi visto para sentencia.
Festival a la contra
Tuvo el Bada Huesca su momento para reaccionar con el Nava sufriendo dos exclusiones prácticamente consecutivas para Nico Bonanno y Gonzalo Carró. Pero aguantaron bien los de casa, Buda volvió a parar después de algunos minutos menos acertado, y a diez minutos para la conclusión el Viveros Herol divertía a sus seguidores aprovechando prácticamente cada ataque, superando una defensa 5:1, una 3:3… porque Nolasco lo intentó todo, pero no le salió nada.

La victoria, que se dibujó desde los seis metros y se coloreó al contragolpe, deja atrás una crisis en el equipo, y muestra el camino de lo que este joven Balonmano Nava puede llegar a ser. Ojo, que sólo se han ganado un par de partidos, pero la sensación es la de que este equipo tiene capacidad, y ahora confianza, para ganar muchos más.
