‘Vale más vale un mal acuerdo que un buen juicio’. Este dicho popular resume, en buena medida, la larga y accidentada historia del aparcamiento de Los Tilos, un proyecto que comenzó a plantearse en 2008 y que, tras numerosos vaivenes judiciales, políticos y económicos, vuelve a situarse sobre la mesa con el un nuevo estudio de viabilidad para el parking. La historia de este proyecto se entrelaza con la del aparcamiento de la avenida Padre Claret, un contrato que reveló la desigualdad de las compensaciones municipales y que aún hoy sirve como referencia de los costes políticos y financieros derivados de pactos administrativos.
El consistorio llegó a un acuerdo con Isolux para que no siguiera con la demanda por el parking no construido, que incluyó prebendas para el aparcamiento de Padre Claret
A mediados de 2008, el entonces alcalde Pedro Arahuetes, acompañado por responsables de la empresa Isolux Corsán, por entonces construyendo el aparcamiento de la avenida Padre Claret del que sería concesionaria, presentó el anteproyecto del futuro aparcamiento subterráneo de Los Tilos. Con una dotación prevista de 350 plazas, de las que 80 se reservarían a residentes y el resto quedarían para rotación, el proyecto incluía la redacción de un plan especial para la zona, la construcción de la infraestructura y su explotación por un período de 35 años. La inversión rondaría los 12 millones de euros y el plazo de ejecución se estimó en 20 meses, con la previsión de que la empresa entregara el plan especial en tres meses. Arahuetes se encargó de matizar que aquel proyecto no tenía relación con otro planteado años atrás por el Partido Popular que afectaba al Paseo del Salón y que había sido rechazado por los tribunales.
Los Tilos sí, el Velódromo no
A pesar del optimismo inicial, la realidad comenzó a torcerse pronto, porque la negativa de Izquierda Unida, socio de gobierno municipal y principal impulsor de otro parking, el del Velódromo que se sitúa a poco más de cien metros de Los Tilos, frenó en seco la operación. En 2012, Isolux Corsán alegó que se habían incumplido los plazos del contrato y solicitó la anulación del mismo junto con el derecho a percibir una indemnización que, según el Partido Popular, rondaba los 300.000 euros.
La rescisión formal del contrato de redacción del Plan Especial de Infraestructuras para la construcción del aparcamiento se refrendó a través de una demanda que fue desestimada en diciembre de 2013 por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Segovia. El Juzgado concluyó que el Ayuntamiento no era responsable de la tramitación del expediente, que había cumplido correctamente con sus obligaciones, y que la autorización final del Plan Especial correspondía a la Junta de Castilla y León, que no dio respuesta en el tiempo estipulado. La sentencia no puso fin a la reclamación judicial puesto que la puerta quedó abierta a un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
En 2017, el Ayuntamiento y Isolux Corsán alcanzaron un acuerdo que resolvía de manera extrajudicial los conflictos derivados del proyecto de Los Tilos y abría la puerta a la recuperación municipal del control sobre el mismo. Según los términos publicados, el Consistorio, tras haber abonado 97.600 euros a la empresa, pagaría 95.600 euros adicionales, cifra muy inferior al millón y medio solicitado inicialmente por Isolux. La demanda se retiró de mutuo acuerdo y se liquidó el contrato reconociendo los trabajos realizados por la empresa por encima del contrato.
Un acuerdo desequilibrado
No obstante, el acuerdo mostró un desequilibrio manifiesto en relación con el aparcamiento de la avenida Padre Claret. En este caso, para equilibrar económicamente la operación, el Ayuntamiento no desembolsó cantidad alguna, pero condonó el pago del canon anual de la empresa, amplió el plazo de explotación en casi cinco años y asumió el mantenimiento de la superficie del aparcamiento, en la avenida Padre Claret que cada año tiene que ser ‘parcheada’ de una u otra manera. Así, mientras Isolux perdía la opción de ejecutar un proyecto bloqueado desde el punto de vista patrimonial y judicial, ganaba mejoras sustanciales en otro contrato con ingresos asegurados.
La construcción del parking está siendo objeto de rechazo por las asociaciones vecinales que consideran que no va a solucionar, sino a agravar los problemas de tráfico en la zona
La diferencia fue especialmente señalada por grupos políticos como Izquierda Unida, que en 2018 criticaron la desigualdad del acuerdo, advirtiendo del coste público que supuso el reequilibrio económico del aparcamiento de Padre Claret, que por entonces ascendió a 3,2 millones de euros.
La polémica se prolongó incluso después de 2017. En diciembre de 2019, Ciudadanos señaló que las irregularidades de procedimiento en el proyecto de Los Tilos supondrían un coste de 100.000 euros adicionales, mientras que se especulaba con que la rescisión definitiva del contrato en 2019 implicó el pago de casi 200.000 euros a Isolux para que desistiera. Todo ello a cuenta de un proyecto que nunca se había materializado.
¿La definitiva?
El debate sobre el parking de Los Tilos ha seguido vigente durante el mandato del Partido Popular, que incluyó su construcción en el programa electoral. En marzo de 2023, el pleno municipal aprobó una moción para defender su edificación con la abstención del PSOE. Izquierda Unida, Ciudadanos y Podemos reiteraron su rechazo en la votación, mientras que Vox consideró que la infraestructura era fundamental para acceder al casco antiguo.
El mes pasado, el alcalde José Mazarías anunció que el Ayuntamiento estaba a punto de recibir el estudio de viabilidad del nuevo aparcamiento de Los Tilos, incluyendo mejoras en la conexión entre la zona baja y el casco antiguo, adjudicado por un importe de 90.709,49euros. Entre las medidas previstas figuran un ascensor interno y un remonte exterior paralelo a las escaleras actuales, con el objetivo de mejorar la accesibilidad y la movilidad peatonal. Por lo tanto, en dinero ‘contante y sonante’, la ciudad ha invertido cerca de 300.000 euros en un parking que hasta la fecha no ha pasado más allá del papel, sin contar con el millonario acuerdo alcanzado con Isolux Corsán por el aparcamiento de Padre Claret para que la empresa no continuara con su demanda.
AVRAS rechaza de plano el parking
La Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado de Segovia (AVRAS) ha reiterado una vez más su oposición al proyecto de construcción del aparcamiento subterráneo de Los Tilos, una iniciativa que, según su presidente, Clemente Oria, “ya era totalmente contraria en 2008, cuando se anunció por primera vez, y lo sigue siendo hoy. No es necesario otro aparcamiento en el recinto amurallado” y que su ejecución supondría “el finiquito del paseo del Salón”.

Oria recuerda que en el entorno inmediato existen ya dos aparcamientos plenamente operativos, el de la avenida del Acueducto y el del paseo de Ezequiel González, y que ambos dan servicio suficiente a la zona. “Habiendo ya dos aparcamientos en el entorno, no creemos que sea necesario otro más en el recinto, porque lo único que va a hacer es atraer más coches al centro de la ciudad, cuando lo que se debería hacer es, precisamente, alejarlos del centro”, ha subrayado.
Uno de los principales motivos de oposición vecinal es el impacto que el proyecto podría tener sobre el paseo del Salón, un espacio verde y de esparcimiento muy frecuentado por los residentes. “Ese aparcamiento va a traer el finiquito ya del paseo del Salón”, advierte Oria. “Tal y como está ahora, se acabó la zona verde, el paseo que hay ahora, la zona de recreo y de esparcimiento de las personas y de los vecinos del casco histórico, pero también de muchos otros segovianos”.
“Ese aparcamiento no será para residentes, sino para los hoteles y apartamentos turísticos que proliferan por la calle Real”
En opinión de AVRAS, el aparcamiento subterráneo de Los Tilos no solo alteraría la fisonomía del Salón, sino que podría comprometer elementos patrimoniales del entorno, incluidos el propio talud y la muralla. “Todo el mundo sabe que esa es una zona de escombros, de corrimiento fácil, y que tendría que sujetarse bien. Para hacerlo correctamente habría que construir muros de contención, tanto verticales como horizontales, lo que encarece muchísimo la obra”, explica Oria.
Oria hace referencia a los problemas registrados en otros aparcamientos municipales, que, según recuerda, “no solo han generado costes imprevistos, sino también conflictos jurídicos”. “Por todo eso, entendemos que insistir en este proyecto es un error, porque el riesgo patrimonial y económico es demasiado alto”, añade.
El presidente de AVRAS cuestiona además la justificación práctica del proyecto, que, a su juicio, no responde a una necesidad real de la ciudad. “Los aparcamientos que ya hay en Segovia no se llenan en el día a día. Al revés, están bastante vacíos. Hacer otro más no va a solucionar el problema de la habitabilidad o del día a día de la zona, porque si los otros estuviesen llenos, todavía tendría sentido plantearlo, pero no es el caso”.
Oria considera que el nuevo aparcamiento de Los Tilos acabaría beneficiando sobre todo al sector turístico. “Ese aparcamiento se va a convertir en un parking que dará servicio principalmente a los hoteles y apartamentos turísticos que proliferan por la calle Real”, afirma. “No va a ser un aparcamiento para los residentes. Es cierto que han reservado unas plazas, pero no nos las van a regalar, sino a vender. Entonces no va a ser para mí, ni para los residentes en general, sino para quien pueda comprarla”, lamenta.
