El Ayuntamiento de Medinaceli (Soria) afronta este año la celebración del Toro Jubilo con “incertidumbre” al estar expuesto a que los colectivos animalistas “saboteen” la fiesta. Tal es así, que el próximo sábado día 15, la villa medinense quedará “blindada” y los agentes de la Guardia Civil realizarán un “triaje” para impedir la entrada a la plaza a los activistas de. Partido Animalista con el Medio Ambiente (Pacma).
El alcalde de Medinaceli, Gregorio Miguel, confirmó a Ical, que hasta la villa, como todos los años, llegarán numerosos efectivos de la Guardia Civil para garantizar la seguridad. Además, se establecerá un “triaje” en el acceso a la plaza, donde se celebra el rito, con el fin de impedir la entrada a posibles personas que pretendan boicotear el acto.
“La fiesta es para el pueblo porque es su rito y su tradición. Ahora se ha convertido en un evento incómodo porque hay mucha seguridad”, resaltó para aclarar que, a pesar de todo, son las fiestas de la localidad y sus vecinos están “alegres”.
Miguel señaló que, a pesar de que se intenta no limitar el acceso para ver el rito, para, sobre todo, los sorianos de otros puntos de la provincia, se han visto abocados a tomar medidas de limitación del aforo. “Intentamos no limitarlo pero desde el año 2018 se hace una selección”, destacó.
Por otro lado, aseguró que las acciones judiciales y de otra índole que emprende Pacma acarrean gastos a las arcas municipales, y agregó que, no obstante, el Ayuntamiento se mantendrá firme para que no se prohíba su celebración, tal y como ocurrió el pasado año.
El próximo sábado a las 18 horas, los simpatizantes del Partido Animalista se manifestarán en el Ayuntamiento de la villa para exigir que no se celebre el rito. Se desplazarán desde Madrid hasta Medinaceli en dos autobuses y la organización espera que lleguen hasta la localidad soriana otros activistas en su propio vehículo.
El presidente de Pacma, Javier Luna, indicó que el partido exigirá que no se celebre el Toro Jubilo por ser una fiesta que conlleva el “maltrato animal”, y recordó que en 2022 el astado murió a consecuencia de las quemaduras.
“Los autobuses están llenos y hay respuesta. A raíz de que el toro muriera en 2022 hemos emprendido acciones judiciales y el caso que está abierto con diferentes recursos en diferentes tribunales”, sostuvo para confirmar que el año pasado el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Soria tomó medidas cautelares que impidieron su celebración y este año el Ayuntamiento ha conseguido retomarlo.
Luna precisó que la batalla judicial continuará hasta que se consiga su paralización, y aseguró que el Toro Jubilo es el máximo exponente de los toros embolados de España porque se somete al toro a una “crueldad extrema”.
“Es el único toro de fuego de Castilla y León. Aquí el toro arde mucho más que en otros lugares y se le somete a un mayor sufrimiento”, consideró.
En este sentido, el presidente de Pacma indicó que la temperatura de las llamas son más altas que en otros ritos que se celebran por el Levante y, por ello, embadurnan al toro de barro con el fin de simular que se le protege..
Por último, trasladó que los simpatizantes regresarán a sus lugares de origen tras manifestarse, ya que no pretenden “generar conflicto ni violencia”. “Luchamos para evitar la violencia y no para generarla. Solo nos manifestamos pacíficamente y luego nos marchamos”.
Rito ancestral
El Toro Jubilo se celebrará a partir de las 23.30 horas en la Plaza Mayor de la ‘villa del cielo’ dentro de las fiestas en honor de los Cuerpos Santos: Arcadio, Probo, Pascasio, Eutiquiano y Paulino.
El ancestral rito comienza con la preparación del eral que se inicia con la salida al ruedo del toro enmaromado hasta que se logra amarrar a una estaca o poste, una labor que requiere del esfuerzo de una veintena de medinenses. Una vez allí, la mayor dificultad radica en colocar en la testuz del toro un armazón de hierro a modo de cuernos donde se sujetan dos bolas de pez elaboradas con estopa, aguarrás y azufre que después se prenden con una antorcha de fuego.
El siguiente paso es cubrir la piel del astado de barro de modo que el animal no sufra ninguna quemadura durante el desarrollo del festejo. Un joven de la localidad corta después la soga y libera al animal que corre por el improvisado redondel ya con las bolas encendidas.
Una vez en el ruedo, los vecinos y también visitantes tientan al animal hasta que se apagan las bolas de fuego, un festejo que se prolongó en esta ocasión más de media hora.
Declarado festejo taurino tradicional desde el año 2002, se celebra siempre rodeado de polémica por las denuncias que año tras año interponen diversas asociaciones protectoras de animales que insisten en la ilegalidad del festejo.